Follando con mi pasado - Relatos Eróticos

Follando con mi pasado

... nada.

Sabía que discutir no servía de nada, que iba a acabar cediendo como con todo lo que se le antojaba. Sus padres no eran malas personas, pero ir a visitarles no encajaba en mi idea de verano soñado. Aun así, acabé cediendo con la esperanza de que la tranquilidad del pueblo fuese justo lo que necesitábamos para estar una semana sin discutir.

Nuestras vacaciones comenzaron con un madrugón tremendo. El tren salía a las siete de la mañana y teníamos que estar media hora antes de la estación, así que llegué allí sin haberme despertado del todo. Alicia no dejó de hablar ni un solo segundo desde primera hora, le sobraba toda la emoción que a mí me faltaba.

Aún no habíamos subido al tren y ya estaba harto de oírla hablar. Pensaba que eso iba a ser lo peor, aguantar ocho horas escuchando las ganas que tenía de ver a sus padres y recordándome que debía comportarme para no abochornarla. En ese momento todavía no sabía que estaba a punto de vivir la peor y más retorcida de las coincidencias.

De todos los trenes que salían ese día y con la cantidad de vagones que tenía el nuestro en concreto, fuimos a coincidir exactamente en el mismo en el que estaba Javier. Al verlo me quedé muy impactado, pero no me quedó más remedio que saludarle, aunque fuese brevemente, porque detrás de nosotros había una gran fila de gente intentando pasar con sus maletas.

- ¿Quién era ese?

- Javier, un antiguo amigo del instituto.

- ¿Tú tenías amigos?

- Pues sí, ¿tan difícil de creer ...

... te resulta?

- Es que nunca me has hablado de él.

- Porque no ha surgido el tema.

- Bueno, voy a ver si puedo dormirme un rato.

Mientras Alicia terminaba la frase, justo por nuestro lado pasó alguien que me resultó muy familiar. Me bastaron un par de segundos para reconocer que era María. No me podía creer que se hubiese dado una segunda coincidencia, pero me quedé todavía más alucinado al darme cuenta de que se sentaba al lado de Javier.

Tuve que apartar la mirada para que Alicia no se diera cuenta, pero aquello me dejó consternado. Me enteré de que Javier había roto con su novia del colegio un par de años atrás, aunque no me constaba que hubiese rehecho su vida, y menos con María. Quizás no estuvieran juntos y solo era una coincidencia... o al menos eso era lo que prefería pensar.

Poco tardé en ver a través de los asientos que se estaban besando. Habían pasado muchos años, yo tenía novia y hacía tiempo que no sabía nada de él, pero aun así sentí que Javier me estaba traicionando. María estaba más guapa que nunca y me pareció muy injusto que estuviera con él mientras yo tenía que conformarme con la sargento que acababa de quedarse dormida a mi lado.

Al cabo de un cuarto de hora no pude reprimir las ganas de levantarme y pasar por delante de ellos con la excusa de ir al lavabo. Al hacerlo me di cuenta de que él también se había quedado dormido y eso me permitió mirar un poco más a María y volver a maldecir el no haber podido estar nunca con ella. Después ...