Follando con mi pasado - Relatos Eróticos

Follando con mi pasado

... amigo tan íntimo como Javier, ni un amor tan fuerte como el que sentía por María, pero tuve algo de todo eso. Hice buenos amigos y también tuve mis primeras experiencias con chicas. No esperaba tener nada serio, hasta que conocí a Alicia.

Esperaba que esa muchacha fuese una más de los rollos pasajeros que había tenido en los últimos meses, pero resultó que ella quería tener una relación. Nunca me había pasado que alguien quisiese ir tan lejos conmigo, así que acepté, aunque solo fuera por lo halagado que me sentía. A partir de entonces, mi vida dio un giro radical.

Como casi todo en la vida, el hecho de tener novia contaba con aspectos positivos y otros que no lo eran tanto. Lo bueno era obvio, tenía a alguien con quien practicar sexo con frecuencia, al menos al principio, y compartir algunas de mis aficiones. Lo malo, al menos en este caso, era tener que aguantar su fuerte carácter cuando se enfadaba.

- Levi, recuerda que el sábado vamos de compras.

- Vale, pero sabes que yo ahora no puedo gastar.

- Me prometiste que me comprarías una falda.

- Espera a que encuentre trabajo.

- Llevas ya mucho tiempo utilizando esa excusa.

- ¿Qué quieres decir?

- Que no sé si realmente lo estás buscando.

- Claro que lo estoy haciendo.

- Para que la relación vaya bien tienes que ser generoso conmigo.

Debí darme cuenta de que aquello nunca iría bien, pero no era el tipo de persona capaz de romper una relación, así que seguí adelante esperando que con el ...

... tiempo todo mejorara. En lo laboral me fue mucho mejor, ya que encontré mi primer trabajo, aunque eso solo me sirvió para poder satisfacer los caprichos que Alicia tenía.

Pese a que todas las señales me indicaban que debía alejarme de ella, cinco años después seguía con Alicia. Para entonces ya me había acostumbrado a todas esas cosas negativas que al principio me sacaban de quicio. El poco sexo que me daba y el miedo a quedarme solo para siempre eran suficiente para no atreverme a dejarla.

Lo único interesante que hacíamos juntos era viajar en verano. Solíamos escoger alguna ciudad de España y pasábamos allí unos cuantos días, visitando los lugares más emblemáticos. Pero hasta eso solía traernos algún problema, especialmente el año que Alicia quiso que fuésemos a visitar a sus padres, que llevaban unos años viviendo fuera.

- Visitar a tus padres no es ir de vacaciones.

- Viven en un pueblo muy bonito.

- Pero allí no hay nada que hacer.

- Con lo tacaño que eres seguro que te gusta ahorrarte el alojamiento.

- No quiero ir, Alicia.

- Pues hazte a la idea, porque ya me he comprometido con ellos.

- Son ocho horas de tren.

- Iríamos más cómodo es un coche, pero el señorito no quiere sacarse el carnet.

- Porque no tengo tiempo, también podrías sacártelo tú.

- Claro, todo lo tengo que hacer yo.

- Dijimos que este año iríamos a la playa.

- Tendrá que ser el siguiente.

- Si es que seguimos juntos...

- ¿Cómo dices?

- Nada, no he dicho ...