Confesiones zoo, de una mujer preñada
Fecha: 08/07/2024,
Categorías:
Zoofilia
Autor: Cintia, Fuente: TodoRelatos
Confesiones zoo, de una mujer preñada.
Me llamo Concesión, tengo 24 años, rubia ojos celestes, 1,69 m y unos pechos medios, que como consecuencia del embarazo han crecido considerablemente.
El advenimiento de nuestro primer hijo, alegro muchísimo, en nuestro matrimonio, a pesar que teníamos pensado tenerlo más adelante, pero Dios no lo quiso, bendiciéndonos, con su llegada.
Vivíamos en una casa, no demasiado grande, con dos cuartos, que momentáneamente nos cobijaba perfectamente.
Durante mi casi 4to mes de embarazo, le ofrecieron un trabajo como viajante a mi esposo Carlos, para una empresa muy importante, le daban el auto, un buen sueldo y las comisiones, que casi triplicaba lo que estaba ganando en ese momento. Pero tenía que estar alejado bastante tiempo de casa, no me hacía demasiada gracia esa ausencia, pero el dinero compensaba ese alejamiento temporal.
Si bien quedaba sola, mi madre y mi hermana menor vivían muy cerca de mi casa, que era importante para no estar tan sola, en mi periodo de gestación.
Comenzó a trabajar, estando afuera casi una semana, después fue más tiempo, variando esos periodos de ausencia. Estaba entrando en el quinto mes, cuando quisieron entrar a robar en casa, por suerte la alarma, impidió que pudiesen acceder a la casa, luego llegaron mis padres y mi hermana, que se quedó a dormir esa noche.
Cuando vino mi esposo le conté el incidente, se puso como loco, hasta quería renunciar al trabajo, que traté de convencerlo, para que ...
... no lo hiciera. Así que me propuso que me fuese a lo de su madre, que estaba sola, pero le dije que no, que prefería quedarme en mi casa, además su madre es buena, pero demasiado metida en todo. Le explique que no tenía miedo, que cerraba bien la casa, y mis padres estaban muy cerquita.
Pero a pesar de mi argumento, continuo, hasta que se le ocurrió buscar un perro, que si bien me agradan, no tenía demasiadas ganas que lidiar con un animal.
Pero Carlos, mi esposo es bastante tenaz cuando se le ocurre algo, así que de todas las posibilidades esta era la más factible, jardín tenemos, así que no tenía que sacarlo todos los días, sin pérdida de tiempo, en esos días que estuvo en casa, encontramos al perro“ideal”, un pastor alemán. Que, si bien tenía algo de entrenamiento, había que continuar llevándolo como casi un mes, que por suerte se encargó mi padre de eso.
Ya estaba finalizando el quinto mes, todo parecía ya estar acomodado, el perro estaba listo, lo bautizamos con el nombre de Benny o Ben, como le decíamos, pero con mi estado parecía aumentar mi sensualidad, con mi esposo no pasó nada en su estadía, por el tema del perro y que estaba cansado, esa abstinencia me estaba afectando. Que trataba de superar o por lo menos no pensar en cosas sobre el sexo, esperando que la próxima llegada de mi esposo, me permitiese aplacar mi fogosidad.
Una de mis manías, es mantener la casa impecable, que, a pesar de mi estado, me he puesto en cuatro para limpiar manchas en el piso, ...