Confesiones zoo, de una mujer preñada
Fecha: 08/07/2024,
Categorías:
Zoofilia
Autor: Cintia, Fuente: TodoRelatos
... casa, volví a sacarme la ropa, pero supongo que, con otra intención, si bien cuando lo hago me siento como liberada, aparentemente buscaba algo más, pero que fuese casual, sin llegar a determinar qué cosa.
Después de un buen rato, nada sucedió, cuando me llama mi madre para venir a visitarme, que no me hizo demasiada gracia, pero no podía evitarla.
Después que se fue, comí algo, le di al perro, pensando que se iba otro día, carente de todo, me acosté poniéndome algo de crema en las piernas, después de hacer eso, llame al perro que vino como una tromba, acostándose a mi lado, comenzando a lamer mis piernas atraído por el sabor a frutas, del cosmético.
Iniciando en mi cuerpo como una estimulación, al tratar de echarlo con los pies, como medio jugando, aprovecha a lamer mis dedos y los intersticios, teniendo una reacción como de escalofríos, descargándose en mis pezones, dándome como una incertidumbre, pero más que nada alteración.
Frene todo, como inconscientemente, preservándome a algo poco convencional, o inmoral, así que lo eche al perro, durmiendo sola. Esa noche tuve un sueño bastante erótico con Ben, observando mi esposo esa escena apasionada que tenía con el animal. Me desperté toda sudada, duchándome apenas me levante, mi pensamiento revivía ese sueño lleno de voluptuosidad, y durante casi todo el día, intente tener poco acercamiento al perro, que por supuesto pretendía estar conmigo.
Durante la noche me prepare para ir a dormir, como consecuencia de su ...
... nueva costumbre, entro al dormitorio, subiéndose a la cama, termine abrazándolo, y hasta tocar en su zona genital, asomando su punta roja, que como efecto de esa demostración, termine quitándome las bombachas a pesar de pensar que era algo aberrante, no me quite el camisón, como preservando mi feto, por una cuestión de moral, cuando sus lamidas en mi pierna se fueron acrecentando, paralelamente mi excitación corría el mismo destino, tendiendo a separar mis piernas, con bastante desconfianza, hasta que su lengua comenzó a producirme una serie de excitantes trastornos, donde su aspereza perturbaba mi sensible clítoris.
El animal comenzó a fascinarse por mi vagina, iniciándose la inmediata secreción de mis jugos, elemento que iniciaron una seducción en Benny, acelerando sus lamidas, elevándose por consiguiente el ritmo de mis hormonas, mientras mis pechos se inflamaban, alterando mis sensibles pezones.
Algo temerosa, permanecí quieta disfrutando de ese sexo oral perruno, acariciando la cabeza del animal, aumentando mis gemidos de placer.
No tarde demasiado en venirme, previo a una serie de temblores, que sacudieron mi cuerpo, disfrutando de esa descarga llena de sensualidad.
Después de haber disfrutado, algo nerviosa, ese orgasmo, diría inmoral, me dormí, a la mañana siguiente vi al perro durmiendo al pie de la cama, recordando lo sucedido, con la idea de no volver a repetirlo. Me levante, desayune, cambie nuevamente las sabanas, que, si bien no tenían olor, habían ...