1. Comencé por necesidad, pero he continuado porque me gusta…


    Fecha: 09/07/2024, Categorías: Dominación / BDSM, Gays Transexuales Autor: Martehijodejupiter, Fuente: SexoSinTabues30

    Comencé por necesidad, pero he continuado porque me gusta…
    
    Aunque mi verdadero nombre es uno muy varonil, que ya no me va para nada, la necesidad me llevó a vestirme de mujer, y finalmente por placer, a ser prácticamente una. Recién me había graduado en el área de comercio, cuando mis padres fallecieron en un accidente, al ser hijo único no tuve problemas de herencia, ni familia a la que acudir. Por un tiempo disfruté de mi pequeña fortuna, hasta que me di cuenta de que estaba por agotarse, y me dediqué a buscar empleo. Así pasé varias semanas, y nada, a todo sitio que iba me decían que no, ya fuera por falta de experiencia o porque lo que estaban buscando era a una chica que se encargase de la caja registradora. En casa la nevera ya estaba quedándose vacía, así como mi cuenta de banco. Se me ocurrió la gran idea de vender alguna de las cosas de casa, y con eso me pude mantener un poco más de tiempo, hasta que también eso se acabó. Pensé en vender la ropa de los viejos, y cuando me encontraba sacando la ropa de mi mamá, se me ocurrió la tonta idea de disfrazarme de mujer, y ver si así conseguía un trabajo como cajera, pero la idea me pareció tan descabellada que la deseché. Se preguntarán por qué no renté una habitación, y con eso me podría mantener a flote, pero a nadie le interesó, así que desistí de eso. Pero ya estaban por cortarme la luz, el agua, y hasta el teléfono, cuando nuevamente estando en la habitación que fue de mis viejos, me puse a contemplar la ropa de ...
    ... mamá, en un arranque de desesperación, me desnudé completamente, y luego me vestí con algunas prendas de mi madre. Al verme al espejo, lo que me dio fue risa, me dije a mi mismo a quien pensaba engañar, si se notaba claramente que era un hombre joven vestido de mujer. Ya estaba por quitarme todo, cuando viéndome nuevamente al espejo, me dije a mi mismo observándome detenidamente. “Si me depilo los brazos y piernas, pongo un poco de relleno por aquí en los senos, me arreglo el cabello de otra manera, quizás si hasta me pongo unos zarcillos y me maquillo un poco, pueda que les meta el cuento a otras personas de que soy una chica, una chica fea pero una chica al fin.”
    
    Esa tarde y parte de la noche, me la pase arreglándome, escogiendo la mejor ropa que me quedaba a mi juicio y aprendiendo a caminar con tacos. Al día siguiente bien temprano, salí a tomar el autobús con rumbo a la zona comercial, a las dos primeras tiendas que fui, ya habían empleado a una chica para la caja. Pero en la tercera, una ferretería, el dueño un señor bien mayor como de unos setenta y tantos años, no había quitado el letrero de se busca empleada. Apenas le pregunté por el empleo, me dijo que aparte de encargarme de la caja, debía hacer algo de limpieza. Cuando le respondí que si estaba de acuerdo, de inmediato comencé a trabajar, aunque me sentí algo incomodo vestido de mujer, lo principal era que ya tenía trabajo. Mi idea era que una vez solventase mis deudas, mientras trabajaba me dedicaría a buscar un ...
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