1. Comencé por necesidad, pero he continuado porque me gusta…


    Fecha: 09/07/2024, Categorías: Dominación / BDSM, Gays Transexuales Autor: Martehijodejupiter, Fuente: SexoSinTabues30

    ... empleo para mí, digo sin tener que vestirme de mujer. Pero los días y las semanas pasaron y aunque pude ponerme al día en mis cuentas, nada que conseguía otro empleo, así que me fui acostumbrando a vestir de mujer, hasta llegué a comprarme ropa nueva y aprendí a maquillarme de manera discreta. Pero un día en que yo me encontraba acomodando unas cajas, en uno de los pasillos de la ferretería, el dueño que siempre me había tratado de manera respetuosa, pasó tras de mí, y sentí sus manos sobre mis caderas y como pegó momentáneamente su obeso cuerpo a mis nalgas. Yo me quedé paralizado, no dije nada, pensando que había sido algo accidental, pero posteriormente en otra ocasión, justo después de que me había pagado, ya estaba yo retirándome, cuando sentí un pellizco en uno de mis glúteos. Al voltear vi a mi jefe con una rara sonrisa en su rostro y me dijo en un tono que me asustó, nos vemos mañana linda. Lo cierto es que me dio un miedo tremendo, hasta pensé en no regresar a trabajar, pero como no había conseguido otro trabajo, pensé que me las podía arreglar con el viejito, mientras solo fueran ese tipo de juegos. Desde el día siguiente, sus ataques o juegos se fueron haciendo más y más seguidos, tocándome las nalgas, agarrándome las manos, y hasta atreviéndose a darme un beso, yo de manera gentil, procuraba deshacerme de él lo más pronto posible. Pero una noche en casa estando a solas, aun no me había quitado la ropa íntima que tenía puesta, al verme al espejo, me dije a mi ...
    ... mismo, mientras modelaba frente al espejo. “La verdad es que me veo bien, no tendré senos, pero lo que es un buen culo si tengo.” En ese instante me comencé a bajar las pantis, dejando mis nalgas desnudas frente al espejo, y sentí una tremenda excitación. Suavemente comencé a tocarlas, acariciarlas, y sobarlas, hasta que mis propios dedos, poco a poco encontraron el camino que los dirigió a mi esfínter. A penas lo roce, me sentí muy mal conmigo mismo, diciéndome que yo no era homosexual, ni maricón para que eso me gustase. Me desnudé del todo y me fui a dar un frio baño de agua, pero mientras me enjabonaba entre mis nalgas, volví a tocar el hueco de mi culo. Lentamente me fui introduciendo mis dedos, que gracias al jabón se deslizaron fácilmente dentro de mí. Así mientras el agua fría me caía encima, una de mis manos agarró el frasco de champú que tiene forma fálica, y comencé a introducirlo por mi ano. La sensación que tuve fue increíble, tremendamente excitado mientras me empujaba el frasco por entre mis nalgas, con la otra mano me masturbaba. Hasta que eventualmente acabé, tras secarme me decía a mí mismo que eso fue un pequeño desliz que había tenido, pero que yo en el fondo, no era gay, ni homosexual y mucho menos maricón. Al día siguiente al entrar a trabajar, al medio día yo acostumbraba a comerme un pequeño sándwich. Pero en ese momento mi jefe me invitó almorzar, invitación que yo no podía rechazar, no fuera a ser que el viejo se molestase conmigo, y me votase. Durante el ...