1. The boy next door 1


    Fecha: 23/07/2024, Categorías: Gays Autor: mzekzz, Fuente: TodoRelatos

    ... encontrare algún sitio tarde o temprano.
    
    —Ah, vale. —Se forma otro silencio.
    
    —Pero... ¿Es verdad? Quiero decir, lo de que vas mal de pasta por el piso.
    
    —Podría ir mejor.
    
    —Mira, sé que hace mucho que no nos vemos y prácticamente no nos conocemos, pero ahora te lo pido yo. ¿Te vendrían muy mal compartir el piso conmigo? Tengo un buen sueldo y tal... Necesito salir de la casa de mis padres. Es asfixiante.
    
    Entonces por primera vez me giro a mirarlo a la cara y veo que él no me mira a mí. Le da vergüenza pedírmelo. No sé si son las luces del jardín o el par de copas que me he tomado que de repente Guille me parece muy guapo. Tiene los pómulos marcados y una nariz muy recta. Y entonces me fijo en los labios y me pregunto como sería besarlo.
    
    —Bueno, te doy mi número y si quieres quedamos esta semana para hablarlo bien. —Le digo. Entonces me mira por primera vez desde que hemos salido al jardín.
    
    —¿En serio?
    
    —¿Por qué no? A duras penas puedo pagar el alquiler y es volver a vivir con alguien o me tendré que volver con mi madre. Dame tu teléfono. —Guille ...
    ... se saca el móvil del bolsillo, lo desbloquea y me lo da. Me tiemblan las manos mientras me voy a la parte de contactos y tecleo mi número. De alguna forma se siente como algo un poco íntimo tener su móvil en la mano. Pongo un emoticono de una estrella junto a mi nombre y guardo el contacto.
    
    —¿Y esa estrella? —Me dice.
    
    —Que pasa, ¿no te gusta?
    
    —No, no, la estrella esta bien.
    
    —Quítala si quieres.
    
    —Que no, que la dejo. —Entonces veo que me está mirando mientras sonríe.
    
    —¿Qué te pasa?
    
    —¿Eh? Ah, nada. Vuelvo dentro. —Entonces empieza a andar nervioso hacia la puerta.
    
    —Oye Guille. —Se para en seco y me mira.
    
    —Dime algo, ¿vale?
    
    —Claro, esta semana te digo algo. —Me vuelve a sonreír y entra a la casa. Y de repente a mí no me parece tan mal ver esa sonrisa todos los días en mi casa.
    
    El resto de la noche pasa sin pena ni gloria. Me quedo un rato más hablando con Eric y cuando creo que estoy lo suficientemente sobrio para conducir recto me despido de todos, les deseo una feliz Navidad y me vuelvo a mi casa, aún con la sonrisa de Guille en la cabeza. 
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