Mi esposa y yo, cambiamos de papeles y algo más…
Fecha: 26/07/2024,
Categorías:
Dominación / BDSM,
Gays
Transexuales
Autor: Martehijodejupiter, Fuente: SexoSinTabues30
Mi esposa y yo, cambiamos de papeles y algo más…
Somos un matrimonio que llevamos varios años de casados, pero no nos consideramos una pareja común y corriente, ya que desde que éramos novios nos dimos cuenta de que tanto ella como yo somos personas de mente abierta.
Ella no se considera dueña de mi cuerpo, ni yo tampoco me considero dueño del suyo, por lo que, si nos place en algún momento llegar a tener relaciones con otra persona, las disfrutamos abiertamente.
Sin que por ello el amor que nos sentimos mutuamente se vea lesionado o disminuido.
En ocasiones tanto ella como yo también le damos rienda suelta a nuestras fantasías, con la completa colaboración tanto mía como de parte de ella.
Algo que a mí me encanta, es que mi esposa se vista como una puta barata, y tras recogerla en la calle, o en algún bar de mala muerte, vamos a algún motel o hotelucho barato, donde no me canso de ponerla hacer, todo lo que se me antoja, aparte de penetrarla en las más variadas posiciones, por su depilado coño, también la pongo a mamar y desde luego que no puede faltar que le dé por el culo, mientras que la trato como a toda una puta, cosa que como me dice ella le encanta.
Mientras que ella durante un buen tiempo sus fantasías se limitaban a cambiarme el nombre, y tratarme como si yo fuera su amante y no su esposo.
Hasta que un día me dijo que tenía una nueva fantasía, que consistía en que yo me vistiera de mujer a la hora de que tuviéramos sexo.
Al principio me costó ...
... trabajo aceptar cumplir su fantasía, pero finalmente y desde luego que, con su ayuda, terminé no tan solo vestido de mujer, sino que me depiló todo mi cuerpo, me maquilla, y hasta escoge algunas de las bellas prendas íntimas que me hace usar, aparte de las calurosas pelucas que definitivamente me dan un aire bien femenino, además que ella comenzó a tratarme como si realmente yo fuera una chica.
Lo cierto es que la transformación es tan exitosa que, en ocasiones, no es tan solo cosa de mantener sexo, sino que salimos a cenar, de compras, vamos al cine y en par de ocasiones hemos ido algún pub, para distraernos, como si fuéramos un par de amigas íntimas.
Pero hace par de meses atrás, a mi mujer, un día en que yo sabrosamente la tenía en cuatro patas, clavándomela por el culo.
Se le ocurrió decirme, que a ella le gustaría hacerme lo mismo a mí. Yo me comencé a reír, ya que, en nuestras relaciones, hasta me ha introducido los dedos por mi esfínter, al tiempo que se dedica a darme una tremenda mamada.
Pero para hacer lo que ella deseaba, le faltaba la herramienta principal, por lo que ni le di mucha importancia a su deseo.
Pero como a la semana, un día en que me tocó a mí ser su mujer, me llevé tremenda sorpresa, ya que cuando mi esposa salió del baño, entre sus piernas colgaba un grueso pene de goma negro, casi tan largo y grueso como el mío, pegado a su cuerpo, gracias a unas correas.
Al yo ver eso, no me quedó más remedio que cumplir con la parte de mi trato, ...