Mi esposa y yo, cambiamos de papeles y algo más…
Fecha: 26/07/2024,
Categorías:
Dominación / BDSM,
Gays
Transexuales
Autor: Martehijodejupiter, Fuente: SexoSinTabues30
... hacer lo que a ella se le antojara por espacio de un mes.
De inmediato le pedí que se fuera a caminar sola por el centro comercial, para que me diera oportunidad de tratar de conocer al tipo ese, sin que ella lo distrajera.
Una vez que mi esposa se levantó de la mesa y se alejó, me quedé pensando en que lio me había metido, pero como ya la apuesta estaba hecha, no podía echarme para atrás. Así que después de pagar los cafés, me levanté de la mesa y comencé a caminar en dirección al señor ese que no dejaba de mirarme.
Pensé en pararme frente a él y de frente preguntarle seductoramente si me conocía, pero a medida que me fui acercando a él, me entró un miedo olímpico de hacer el ridículo, que en lugar de detenerme continué caminando, estaba tan y tan nervioso, que justo al pasar a su lado, como aun no tengo un dominio completo de los zapatos de tacón, di un pequeño tras pies, y sin intención alguna, terminé entre sus brazos.
Bueno resultó ser que el caballero, es viudo y según él, soy el vivo retrato de su difunta esposa.
Esa tarde paseamos por todo el centro comercial conociéndonos, intercambiamos números de teléfonos, al mismo tiempo que me preguntaba a mí mismo, hasta donde llevaría esa apuesta, ya que eso de acostarme con el viejo ese no era algo que realmente me llamase la atención.
Por lo que cuando finalmente me volví a encontrar con mi esposa nos marchamos a casa y le dije que había decidido perder la apuesta.
Cuando le explique que no tenía ...
... corazón para hacerle eso a ese viejo, ella en un tono triunfante me dijo. “Está bien, la primera tarea que vas hacer, será invitar a tu conquista para que venga a cenar a casa, y aquí le dirás toda la verdad, y después veremos qué pasa.”
Yo no podía creer lo que mi mujer me había propuesto, pero como le di mi palabra, apenas pude invité por teléfono a él para cenar a casa, yo no pensaba vestirme de mujer, sino recibirlo vestido de hombre, disculparme mil y una vez, y dar por terminado eso.
Pero mi esposa haciendo uso del poder que yo le había dado al decidir perder la apuesta, me ordenó que me vistiera lo más bonita que pudiera ponerme, que ella por su parte me ayudaría a pedirle disculpas al señor ese.
Él llegó puntualmente a nuestra casa, le presenté a mi esposa como mi compañera, cosa que a él por lo visto no le extrañó para nada.
Así que después de cenar, contrario a lo que yo pensaba mi esposa se desapareció, dejándome a solas con él, quien sin perder tiempo comenzó a tratar de besarme, mientras que yo discretamente trataba de eludirlo, hasta que, ya no pudiendo más, le dije. “Tengo que confesarte algo bien serio.”
Acto seguido le dije. “No soy una mujer verdadera.” Él se me quedó viendo con los ojos extremadamente abiertos, y continué tratando de explicar lo inexplicable.
Al terminar de hablar esperaba que se pusiera sumamente molesto y se retirase de casa, quizás hasta que tratase de golpearme, pero jamás se me ocurrió que me tomase entre sus brazos y me ...