1. Mi esposa y yo, cambiamos de papeles y algo más…


    Fecha: 26/07/2024, Categorías: Dominación / BDSM, Gays Transexuales Autor: Martehijodejupiter, Fuente: SexoSinTabues30

    ... plantase un tremendo beso en la boca.
    
    Yo estaba más que confundido, y a medida que continuaba besándome, no pude o mejor dicho no quise oponer resistencia alguna, a sus besos y caricias.
    
    En cierto momento me comentó que yo le recordaba tanto a su difunta esposa que el hecho que yo fuera un hombre en nada cambiaba lo que sentía por mí, siempre y cuando me vistiera y comportase como toda una mujer.
    
    Yo no salía de mi confusión, ya que a medida que fue diciéndome todo eso, continuó besándome y acariciando mi cuerpo, y pude sentir el grueso y cálido bulto que se había formado dentro de su pantalón.
    
    Entre los besos y caricias, en el sofá en que ambos nos encontrábamos sentados, medio de la sala, suavemente me fue quitando la falda que yo estaba usando, sin soltarme ni un solo instante se colocó tras de mí, y sentí sus gruesas manos como me fueron bajando los pantis que yo tenía puestas en ese momento, hasta que mis nalgas quedaron totalmente expuestas ante sus ojos.
    
    Luego sentí sus gruesos dedos explorando mi esfínter, mientras que yo a pesar de que sabía que Yadira se encontraba en casa, comencé a desear intensamente que me penetrase, en ese mismo lugar.
    
    A los pocos segundos, comencé a sentir lo duro y caliente de su glande, presionando contra el cerrado orificio de mi cuerpo.
    
    A medida que sujetándome por las caderas, me fue penetrando, sentí un placer inconmensurable, tan es así que al abrir mis ojos vi parada frente a nosotros dos a mi esposa, ligeramente ...
    ... oculta, de pie, con sus piernas bien abiertas, observándonos desde el pasillo que va a la cocina, su falda la mantenía recogida en la a la altura de sus caderas, y sin sus pantaletas puestas, a medida que no nos quitaba la vista de encima, ella se introducía los dedos dentro de su coño, con fuerza, una y otra vez.
    
    Cosa que no me importó en lo más mínimo, ya que en sus ojos pude ver que ella estaba disfrutando de eso, tanto como yo lo estaba haciendo.
    
    Ya una vez que el miembro del estuvo completamente dentro de mí, su verga comenzó a entrar y salir de mi cuerpo una y otra vez, mientras que yo aparte de mover mis caderas, con mucho sentimiento y sabor, apretaba y soltaba mi esfínter una y otra vez.
    
    Aunque ser penetrado por mi esposa era toda una experiencia gratificante para mí, en nada se comparaba con lo que en esos momentos mi amante me estaba haciendo.
    
    Creo que fue la primera vez en mi vida, que intensa y realmente desee ser toda una mujer, me sentía tan y tan seguro y protegido entre los brazos del, que ni ganas si quiera me dieron de masturbarme, simplemente disfrutaba todos y cada uno de los fuertes apretones y empujones que me daba.
    
    Al tiempo que yo gemía y suspiraba profundamente de placer, y le pedía que me diera más y más duro, moviendo mis caderas intensamente.
    
    No sé cuánto tiempo pasamos, teniendo sexo en el sofá de la sala, bajo la satisfecha mirada de mi esposa, quien no dejaba de penetrar sus dedos dentro de su coño, pero cuando él estuvo a punto ...