Un mal día (3 de 6)
Fecha: 05/08/2024,
Categorías:
Sexo en Grupo
Autor: SexNonVerba, Fuente: CuentoRelatos
... que me dediqué a beber y a observar a toda esa gente rica que le fascinaba mostrarse. Algunas personas estaban bailando; otras se habían acomodado en las pequeñas mesas perimetrales a conversar.
Cuando Emi me aferró desde atrás por la cintura, me sobresaltó de tal modo que estuve a punto de tirar la copa por el aire.
—¡Ay! ¿Qué hacés, tonto? Casi hago un desastre.
—Jajaja… Perdón. No me pude contener al llamado de esas caderas.
Entonces me giró y me dio un beso en los labios.
—¿Dónde estabas? —pregunté, cuando pude retomar el control de mi boca.
—Hablando con el viejo. Le conté que no podía irme tarde porque tenía que llevar a una colegiala a la residencia estudiantil antes de las 12 de la noche para que la reina no se convierta en calabaza.
—Dale, boludo… En serio... ¿Te comentó algo del cargo ese que me dijiste?
—Algo me dijo, sí… Hay un tema con eso, Vero… —De repente abandonó el tomo jocoso y se puso solemne. —Y necesito tu ayuda.
—¿Qué pasó?
—Resulta que a mitad de año, en una reunión con el equipo de cirugía, yo le había asegurado al viejo que la clínica iba a facturar más de un millón en el segundo semestre solo por el uso del quirófano…
—¿Y?
—Y ayer mostraron el balance del año: No llegamos al millón por muuuy poco.
—¿Y cuál es el problema con eso? ¿Qué tenés que ver vos?
—Nada. Pero hicimos una apuesta y la perdí.
—¿Qué apostaron? ¿Plata?
—¿Plata? ¿Te parece que Sánchez Alvarado puede hacer una apuesta por plata ...
... conmigo?
—Qué se yo, Emi… ¿Qué apostaron, entonces?
—Bueno, ahí viene la cosa… Medio en joda, medio en serio, me dijo que si yo ganaba la apuesta, el cargo de Jefe de Anestesiología era mío. ¡Menos de diez mil dólares faltaron! ¿Podés creer?
—Ah… ¿Y si perdías?
—Bueno… De eso estábamos hablando recién… El viejo cabrón me encaró, muy a su estilo, me ofreció un Cohíba y me preguntó si había visto el balance. Le dije que sí y que estaba dispuesto a poner yo mismo la diferencia para llegar al millón. Ya sabía por dónde venían los tiros… Me quería joder…
—¿Y qué te dijo?
—Se rio y me dijo que lo sentía mucho, pero que él había ganado una apuesta y quería cobrarla. Medio en joda, medio en serio, le dije que tenía razón, que me pidiera lo que quisiera.
—Mmmm… ¿Y qué te pidió?
—“La bombacha de tu novia”, me dijo. “La que tiene puesta ahora”.
—¡¿Qué!? Jajaja… —Fue una risa que se volvió incómoda enseguida cuando él no la correspondió. Como si no fuera un chiste—. Te estaba jodiendo, Emi. ¿Cómo va a ser tan zarpado el tipo? ¡Es el jefe!
—Puede ser. O no… No sé. El viejo es un cínico hijo de puta. Pienso que ahora que perdí, sería una buena carta ir a fondo y pagarle la apuesta. Lo sorprendería. Me dejaría en carrera para el cargo.
—¿En serio me decís? ¿Esa es la ayuda que necesitabas de mí? ¿Qué te dé mi bombacha? — No pude evitar sonreír por lo absurdo de la propuesta—. Está con la mujer, Emi. Y vos sos su empleado, no te puede boludear de esa ...