1. Vino para que le afinara el motor, y al final le afiné el culo…


    Fecha: 13/08/2024, Categorías: Dominación / BDSM, Gays Autor: Martehijodejupiter, Fuente: SexoSinTabues30

    Vino para que le afinara el motor, y al final le afiné el culo… Soy mecánico certificado, de muchos años de experiencia, y por mi taller han pasado un sin número de clientes, para que reparase sus autos.
    
    Pero ocasionalmente me llegan algunos clientes, ya sean hombres o mujeres, que apenas los veo, me doy cuenta de que aparte de que necesitan que, les arregle su auto, quieren algo más.
    
    Por lo que cuando este joven entró a mi taller, y me dijo que la luz del aceite estaba parpadeando, nada más me bastó escuchar el motor de su viejo auto, y darle un vistazo la varilla medidora del aceite, y chequearle la presión del aceite para que, le dijera. “Tienes suerte, no has fundido el motor, se trata de la cebollita del sensor de la presión de aceite que, se dañó.
    
    Sin decirle más nada, cambié el aceite, el filtro, y el sensor. Para después pasarle la cuenta, el chico tras ver la cuenta sacó su móvil, creo que llamó a su padre que, por la expresión de su rostro, me parece que le dijo que no contara con él.
    
    Extremadamente avergonzado, con cara de tragedia, habló conmigo, diciéndome que en realidad en ese momento apenas, y tenía una cuarta parte del importe total de la factura.
    
    Yo, le dije. “No te preocupes, si no tienes dinero, no hay problema, solo que, si quieres sacar tu auto, auto de aquí, me tienes que hacer un pequeño, gran favor. De lo contrario olvídate de andar en el automóvil, por lo menos hasta que me pagues, ha y de paso cada día extra que ese coche se quedé ...
    ... aquí, tienes que pagarme algo extra, por el estacionamiento”.
    
    La cara que puso, en parte me dio mucha gracia, de inmediato me preguntó de qué favor se trataba.
    
    Pero cuando le respondí diciéndole. “Me vas a dejar que te acaricié las nalgas”, el chico se quedó de una sola pieza, creo que en su vida alguien, le había dicho algo semejante.
    
    Por la cara que puso quizá pensó por un corto instante que se trataba de una broma, pero al ver la manera en que yo lo miraba, como que entendió que yo hablaba, muy en serio.
    
    De manera tímida me preguntó qué era lo que yo quería que él hiciera. Me le quedé viendo y le dije. “No te asustes, nada más quiero agarrarte, y tocarte las nalgas, por un rato”.
    
    Él se quedó pensando, y lo único que le ocurrió preguntarme fue, por cuanto tiempo. Sin mostrar mucho interés, le dije. “Bueno como unos diez, o quince minutos, o menos. Al escucharme me dijo. “Bueno está bien, pero solo me las vas a tocar, y más nada”.
    
    Sonreí, al tiempo que le respondía. “Si solo te las voy a ver, y tocar”, de inmediato cerré el taller, y lo conduje a mi pequeña oficina, donde aparte de mi viejo escritorio, lleno de facturas, papeles, y piezas de autos, hay en todas las paredes, poster con fotos de mujeres semidesnudas, y al fondo dividido por una puerta corrediza, tengo una pequeña cama, en la que en ocasiones me pongo a descansar.
    
    De inmediato me quite el mameluco, quedando completamente desnudo, al ver mi velludo cuerpo se asustó.
    
    Yo soy mucho más alto, y ...
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