El Nuevo Patriarcado - La Doctora - Relatos Eróticos

El Nuevo Patriarcado - La Doctora

... viviendo sola en tu casa cuidándolas hasta que lleguen a la mayoría de edad y el gobierno las asigne sus nuevas obligaciones.”

Respiró aliviada ante la noticias sobre mi trabajo y sobre todo sobre mis hijas, aunque al ver la forma en que me mira el Director y la sonrisa que aparece en su rostro, empiezo a asustarme de nuevo.

“Todavía no he terminado contigo zorra;” me grita rasgándome la falda y arrancándome las bragas. “Estos hombres te acompañarán a la sala de marcado que se ha habilitado en una de las salas del hospital, allí te marcarán como propiedad del gobierno con un código de barras en el pubis, tu nombre sobre tu teta derecha y un collar de platino que te identificará fácilmente como esclava valiosa del gobierno.”

“Ningún hombre podrá tocarte si tú no quieres excepto tu responsable;” me señala. “Tenía pensado asignarte a otro, ya que yo tengo que encargarme de que la Mascota Carol siga gestionando el hospital como hasta ahora, pero en cuanto te he visto he decidido reservarte para mí.”

“Por último, como a pesar de tu edad todavía eres una mujer muy atractiva, y como aviso para lo que te puede ocurrir sí me desobedeces, tendrás que servir el último fin de semana del mes en uno de los prostíbulos del estado.”

Los dos hombres me guían hacia el ala norte del hospital, donde se encuentra la zona de maternidad y ginecología, que ahora está siendo transformada por más operarios en una zona para recepción y procesamiento de esclavas.

Antes de que me dé ...

... cuenta estoy atada a una de las mesas de ginecología, con mis piernas bien extendidas, dejando mi coño expuesto a la vista de todas las personas que entran y salen.

Cierro los ojos al ver como se acerca a mí el Doctor García, uno de los médicos de maternidad, al que ahora parecen haberle asignado sus nuevas tareas.

El Doctor García es conocido por haberse acostado con la mitad de las enfermeras del hospital, aprovechándose de su cargo. Me pidió salir varias veces pero siempre lo rechacé, ahora tiene perfectamente a la vista lo que le he negado tantas veces.

“Siempre supe que serías un mejor polvo que cualquiera de esas niñatas universitarias;” me dice llevando su mano a mi coño. “Ahora por fin voy a poder disfrutar de tu coño y tu culo.”

“¡Solo el Director Turner puede follarme!” grito, a pesar de estar convencida de que no va a servir para nada.

“Ese Turner no es más que un picapleitos al que han puesto al frente del hospital hasta que todo se normalice, luego se irá de aquí;” me dice mientras se desabrocha los pantalones y se coloca entre mis piernas.

Antes que el Doctor García pueda penetrarme, uno de los hombres que me ha acompañado se acerca a él y le agarra del brazo.

“Esta esclava es propiedad del señor Turner y usted no puede follársela, limítese a marcarla como esclava y tatuarla;” le dice con gesto serio.

El Doctor García parece dispuesto a no hacer caso al guardia, pero al ver que el otro guardia se acerca también, desiste de sus intenciones y ...