El Nuevo Patriarcado - La Doctora - Relatos Eróticos

El Nuevo Patriarcado - La Doctora

... se sube los pantalones.

Durante la siguiente hora, me depilan con láser del cuello para abajo, me colocan el código de barras con una pistola de marcar ganado y tatúan mi nombre sobre mi pecho derecho. Finalmente me inyectan un coctel de hormonas para prevenir el embarazo y me colocan un anillo dorado en el clítoris, aunque esto me da la impresión que es una pequeña venganza del Doctor García, ya que no veo que ninguna de las otras esclavas esté siendo adornada de la misma forma.

Los dos hombres me llevan de nuevo al despacho del Director, que en cuanto me ve entrar se pone en pie y me mira enfadado.

“El Doctor García ha venido muy enfadado, pidiendo que se le asigne como su responsable y que además despida a estos dos hombres;” me dice.

“¡Por favor, no haga eso;” le suplico.

El señor Turner, me sonríe y vuelve a llevar su mano a mis pezones. “No pensaba hacerlo, Mascota Anne, en primer lugar porque la quiero para mí, y en segundo lugar porque nadie me viene gritando y con exigencias. Va a ser él quien va a acabar despedido y recibiendo una pequeña lección;” me comenta.

Los dos hombres que me han escoltado muestran una sonrisa y salen rápidamente del despacho.

“¿Qué le va a pasar al Doctor García?” le pregunto sin saber bien porque me interesa su suerte.

“Poca cosa, simplemente le romperán las dos manos para que no vuelva a trabajar de médico, y de paso le enseñarán algunas cosas sobre el sexo anal;” me explica tranquilamente.

“No me mires así ...

... Mascota Anne;” me dice al ver mi cara de sorpresa. “Llevo veinte años dirigiendo prisiones, y durante los últimos ocho años he estado al frente de la prisión femenina más grande del pais, y he tenido desencuentros con abogados y familiares molestos.”

“Pero ahora olvidémonos de mi pasado y del Doctor García, es hora de disfrutar de mi esclava;” me comenta. “Inclínate sobre la mesa.”

Me inclino sobre la mesa y no tardo en notar sus dedos jugando en mi coño, estirándome, preparándome para la penetración.

“¿Cuánto hace que no te folla un hombre?” me pregunta, añadiendo un tercer dedo.

“Casi siete años;” le respondo, avergonzada porque sus dedos me estén excitando.

“¿Y que no llegas al orgasmo?” vuelve a preguntarme.

Ni siquiera le contestó, me quedé embarazada al poco de acabar la universidad, nos casamos muy ilusionados, pero al poco de nacer las gemelas todo cambió, empezó a beber y a acostarse con cualquier chica, llegaba a casa borracho, me follaba de forma violenta y se corría en mi cara, gritándome que le había estropeado la vida.

Siento como los dedos abandonan mi coño, y me preparo para la penetración, pero esta no llega, en su lugar siento un aliento caliente sobre mi coño, seguido de una lengua húmeda recorriéndolo por completo.

Cuando su lengua comienza a jugar con mi clítoris, enganchando mi nuevo adorno, el gemido que sale de mi boca es intenso, nunca había sentido algo parecido, y tengo la sensación de que es solo el principio.

Había olvidado ...