1. Mi Vecino Superdotado [17]


    Fecha: 28/08/2024, Categorías: Infidelidad Autor: Nokomi, Fuente: TodoRelatos

    ... Malik, sí era mucho más grande que la de Renzo.
    
    —Ah, hola Silvana —la saludó como si llevaran varios días sin verse—. Espero que no le moleste, me tuve que quitar la ropa. Esta ducha está dando trabajo y no quiero terminar con el uniforme mojado. Puse el otro a lavar y si se me moja este me quedo sin uniforme de trabajo.
    
    —Emm… no me molesta. Es decir, yo también estoy desnuda. Sería muy hipócrita de mi parte ofenderme por esto.
    
    Silvana sintió mariposas en el estómago. Le resultaba muy divertido que los dos estuvieran completamente desnudos. Malik estaría orgulloso de su reacción y quería poner a prueba su filosofía de que la desnudez no tiene por qué ser obscena.
    
    Osvaldo probó con una llave y un fuerte chorro de agua saltó de ella. Salió de la junta entre la llave y el caño.
    
    —¿No sería mejor cerrar la llave de paso? —Preguntó Silvana.
    
    —No, porque necesito ver si sale agua. Por eso me quité la ropa. —Osvaldo cerró la llave y el agua dejó de salir a chorros, aunque siguió goteando.
    
    —Ah, ok. ¿Se va a poder arreglar?
    
    —Si, pero va a llevar tiempo. Vas a tener que comprar una ducha nueva, y otra llave para el agua. La ferretería abre el lunes.
    
    —Ay, no… no puedo estar todo el fin de semana sin bañarme. Mucho menos con este calor.
    
    —Puedo hacer un arreglo provisional. Quizás atar la ducha con algo como para que funcione sin perder mucha agua… y anular esta llave.
    
    —Lo que sea necesario para que al menos pueda darme un baño rápido. No aguanto estar ...
    ... toda transpirada, como ahora. Permiso… ¿sale un poquito de agua al menos?
    
    Silvana se metió en el receptáculo y abrió la ducha. El agua cayó en un tenue chorro justo entre sus tetas. Agarró un jabón y empezó a lavarse. Justo detrás de ella estaba Osvaldo, admirando su cuerpo. Descubrió que ya no le molestaba ni un poquito que él la viera desnuda. Hasta le resultaba simpático.
    
    —Te cuento una cosita en confianza, Osvaldo. Antes de irse Dalina se puso algo juguetona conmigo. Me lamió la concha y hasta me dio un mordisco.
    
    —¿Por qué hizo eso? —Parecía realmente desconcertado.
    
    —Fue solo para gastarle una broma a Silvio.
    
    —Yo no le veo la gracia. Un mordisco en esa zona tan sensible puede hacer mucho daño.
    
    —Eso mismo pienso yo. Aunque no me mordió fuerte, me preocupa que pueda haberme lastimado.
    
    Quizás Osvaldo no captaba la mayoría de las indirectas, pero esa la captó al instante. O bien tomó una decisión propia. Se arrodilló detrás de Silvana y separó sus nalgas. Allí fue cuando se encontró con el juguete sexual sobresaliendo apenas del culo.
    
    —Ay, me olvidé de avisarte que antes de que llegaras estaba, em… bueno, ya sabés.
    
    —Yo tenía razón. A usted le gusta meterse cosas por el culo.
    
    —Bueno, está bien. Lo admito… pero no se lo cuentes a nadie. Y no me trates de usted, me hace sentir vieja.
    
    —La vagina parece bien —dijo Osvaldo, como si ya hubiera olvidado el asunto del juguete anal—. Aunque podría mirar mejor si usted… em… si te inclinás un poco hacia ...
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