La Pasión de Esther
Fecha: 28/08/2024,
Categorías:
Incesto
Autor: LilithDuran, Fuente: TodoRelatos
... pasiones, no voy a comentar más sobre mi carrera, porque spoiler… no importa mucho. El que sí va a tener relevancia en mi vida, era el hombre del que os he hablado, Fran.
Era un chico muy bueno, pero no me enamoré de él al instante. Lo conocí en una de las fiestas de mi pueblo y durante casi dos años, estuvimos quedando como amigos. Pasado ese tiempo, quise probar, sería mi primer novio oficial, quitando los chicos con los que me había besado secretamente en el instituto, esos no contaban. Además, a mis padres les gustaba y… ¿Os cuento un secreto? Desde el día que empezamos oficialmente a salir, mi vida cambió radicalmente. Exacto…, para mal.
Al comienzo, la cosa iba bien, era educado, majo y nos veíamos poco. Tampoco es que sintiera un amor loco por Fran, como esos enamoramientos que veía en las películas venidas de Estados Unidos, para nada. Pero para mi mente, le quería.
Mis padres me convencieron para casarme con él. Me rondaban muchas dudas, era muy joven y tenía toda la vida por delante, pese a que me gustaba…, no creía que fuera el momento indicado. El dato importante… ¿Por qué querían mis padres que me casara? Porque mis futuros suegros eran dueños de un colegio privado y además, ¡católico! ¿Había alguna opción mejor para su única hija? ¡Por supuesto que no!
Al año de estar juntos, nos decidimos a dar el paso, ¿cuál? ¿Casarnos? ¡No, no…! ¡Qué va…! La cosa fue que… Tuvimos sexo. Yo tenía 21 años, y el 27, siempre me dijo que era virgen, aunque hasta el ...
... día de hoy, no sé si creérmelo. En cambio, yo sí que lo era, tanto tema represivo hacia mi sexualidad que decidí que, la primera vez, sería para el chico de mi vida.
Aquella vez… Pues… Sí, lo que os imagináis, fue horrible, literalmente, sangré y me dolió como si un cuchillo me atravesara el cuerpo. Fue una sensación bastante amarga que arrastré varios años. Me pareció más pecaminoso el sexo que las masturbaciones, por lo menos, no me dolían.
Las siguientes veces no fueron mucho mejores. Fran era bastante bruto, amasaba mis pechos como si hiciera pan, y bueno, cuando entraba y salía dentro de mí, seguía siendo igual de brusco. Aunque el placer empezó a aparecer muy esporádicamente, yo seguía añorando los orgasmos perfectos que me producía a mí misma. Sin embargo, ahora poseía un marido… ¿Para qué tenía que tocarme?
Pero venga, no os voy a contar todas mis penas, porque en mi vida, hay un momento que sentí hacerme una con la felicidad. Fue cuando ya había cumplido los veinticuatro años y Fran, tenía treinta. Mi novio había heredado un buen puesto en el colegio, era “vicepresidente”, como decía el mismo, y dentro de poco, cuando su padre lo decidiera, se convertiría en el nuevo director.
¿Qué fue lo que pasó? Que sin estar casados y con mi cabeza llena de dudas, ya que no tenía mucha seguridad en que quisiera estar con él para toda la vida, un día de esos en los que practicábamos un sexo deficiente… Sí… Me quedé embarazada.
No lo buscamos, quizá se me pasó alguna ...