Mami Culona está en casa (2/2) - Relatos Eróticos

Mami Culona está en casa (2/2)

... frente.

—La mujer más feliz del mundo.

Jonathan me planta su mirada, frunciendo el ceño.

—¿Me crees cuando te digo que te amo, Sofía? Estoy seguro de que después de esto… —se detiene un instante, aspirando una bocanada de aire que llena sus pulmones—. No te quiero, Sofía, te amo —sus palabras son como un río de miel que fluye hacia mi corazón—. Te amo de cualquier forma, como eres, lo que haces…

—Ven aquí, mi amor… —tomo su cabeza con mis manos, sintiendo la calidez de su piel bajo mis dedos—. Estoy segura de que contigo llenaré todos mis vacíos, pero tienes que jurarme que me amarás por siempre.

En realidad, sé que es imposible jurar algo de tal magnitud, pero su respuesta me deja conmovida.

—Lo juro, Sofía, tú, tú…

—Shh… —lo detengo, poniendo un dedo en sus labios—. Te amo también, ya tendremos que discutir los términos de nuestra relación…

De pronto, me besa. A diferencia de nuestros anteriores besos, lo siento lento y dulce.

—¿Me hablarás de por qué estabas tan triste antes? —le pregunto, haciendo un puchero—. Dímelo como tu amante o tu tía…

Esboza una leve sonrisa en sus labios antes de hablar.

—Tuve una exposición en el instituto y me topé con un profesor de la universidad. Me habló un rato, pero de un momento a otro, no sé, joder, empezó a desmeritarme cuando le dije lo que quería estudiar. Primero me preguntó por mis notas y por la selectividad…

—¿Quién era ese? ¿Ya lo conocías?

—En mi vida.

Me quedo unos segundos en ...

... silencio, solo escuchando su respiración.

—¿Fernanda no te ha contado mi travesía en la uni? —pregunto, y él niega con la cabeza—. Fue una auténtica mierda. Tuve que hacer dos exámenes y pagar tutorías costosas, aunque, ¿sabes cuál fue mi salvación real? Estudiar en mis tiempos libres, amor. Mmm… ¿Por qué no me aprovechas? Podría enseñarte muchas cosas, recuerda que soy toda una profesional —exclamo, guiñando un ojo.

—Y modelo, y la mujer de mi vida… —me dice, cubriéndome con sus brazos—. Gracias Sofía, gracias…

—¿Sí me crees cuando te digo que soy contadora? —cuestiono, alzando una ceja, y él simplemente sonríe con ironía—. Trabajo para una empresa extranjera, capullo.

—Oh…

—Y si te portas bien… —murmuro con voz seductora—, podría dedicarme en exclusiva a eso, porque ya tendría a un hombre tan atractivo como tú follándome cada noche…

Se incorpora y toma posesión de mis labios en un beso feroz. ¡Uf...! Jamás ningún hombre me había besado con tanta intensidad.

—¿Quieres hacerlo de nuevo? —insinúa pícaro, deslizando su mano por mi cintura.

—¡Guarro!

* * *

A la mañana siguiente, estoy preparándome un café mientras mi hermana desciende las escaleras.

—Vaya polvo el de anoche, ¿eh? —exclama, con una sonrisa cómplice—. Espero que Jonathan no haya escuchado nada. Hombre, pobre chaval.

Un halo de luz se refleja en mi sonrisa.

—Discúlpame, se me fue de las manos…

Fernanda me da un apretón en el hombro y se dirige rápidamente hacia la ducha. ...