Mami Culona está en casa (2/2) - Relatos Eróticos

Mami Culona está en casa (2/2)

... atrayéndola hacia mí para jugar con ella entre mis dedos—. Varias veces te he visto devorarme las tetas, ¿cuál es tu dilema ahora?

—Por favor… —susurra, cerrando los párpados con fuerza—. L-levántate…

Paso totalmente de él. Su aliento, ese aroma a placer... me tiene totalmente embrujada. Rozo mis labios con los suyos y lo beso con más intensidad. Esta vez, muevo mis caderas con mayor ímpetu y guío una de sus manos, aún inerte, hacia mi trasero. Lo siento estremecerse. Su erección se vuelve más prominente.

—Dime, Jonathan, ¿te pone tanto tener a tu tía encima de ti? —pregunto, apartándome ligeramente de él—. En cualquier momento, alguien puede abrir esa puerta y encontrarte empalmado por mí, menuda cerdada…

Jonathan parece harto de mis juegos, ya no está dispuesto a negociar. Me agarra con fuerza por los brazos y me empuja hacia un lado. La ira me invade al verlo alejarse de mí con paso firme. Su postura rígida y su mirada tensa me dan la impresión de que busca la ventana con desespero, como si necesitara a toda costa tomar un respiro y calmar la tormenta que se agita en su interior.

—Vete ya de mi habitación —le oigo decir, trémulo—. Esto está sencillamente mal.

Me resulta imposible comprender las sensaciones que él despierta en mí, pero de repente, me veo tirando de los botones de mi pantalón y atrayendo su almohada hacia mí. Ese aroma, ese aroma... Lentamente, me deshago del pantalón hasta quitármelo por completo con un movimiento de los pies. Hago a un ...

... lado mis bragas blancas y comienzo a acariciarme mi clítoris.Arriba, abajo, arriba, abajo.El sonido de mi propia humedad es inconfundible.

—¡Oh, joder! —exclama Jonathan, llevándose una mano a la cabeza y dándose la vuelta. Cierro los ojos con fuerza, anticipando lo que está por venir—. ¿Cómo mierdas…?

—¿T-te atreverás a hacerme t-todo eso que decías antes?

—¡¡¡Hostia puta!!! ¡Tú no puedes ser ella!

Mis caderas se mueven al ritmo de mis dedos, creando una danza sensual con las sábanas y la almohada. Inclino la cabeza hacia atrás, entregándome al placer mientras los primeros espasmos recorren mis piernas. Sin duda, esto es una experiencia surrealista y fascinante al mismo tiempo, como una fantasía que se hace realidad.

—Saber que soyella debe excitarte más… Deberías poseerme y hacerme tuya de la forma que siempre has soñ…

—¡Cállate, cállate! ¡Me vas a volver loco!

¡Dios! Este chico sí que va a volverme loca a mí. Me muerdo el labio con fuerza al levantarme. Decidida a hacerlo regresar a la cama, lo tomo del saco y lo empujo de vuelta al colchón. Él me mira expectante, con los ojos bien abiertos.

—Sé sincero conmigo, ¿te excita o te asusta la idea de que yo seaMami Culona?

Jonathan pasa saliva, nervioso.

—Me asusta…

—¿Estás seguro...? —susurro, trazando círculos en su pecho—. ¿Estás siendo completamente honesto contigo mismo?

Sus ojos, charcos de deseo ardiente, contrastan con el silencio de sus labios, incapaces de confesar la verdad. Me ...