1. Mami Culona está en casa (2/2)


    Fecha: 04/09/2024, Categorías: Incesto Autor: TuesdayScripter, Fuente: TodoRelatos

    ... acerco de nuevo a su rostro, cautivada por la calidez de su aliento. Anhelo el roce de sus manos en mi piel, pero el miedo a abusar de su confianza me frena. Y, aun cuando lo disimule, la situación es demasiado comprometida y riesgosa.
    
    —Baja a tu fiesta, amor, y más tarde nos encontraremos en tu habitación o en la mía... —musito, deleitándome con el sabor de su lóbulo—. Hablaremos de todo, incluso de eso que te aflige. Es una promesa, cariño.
    
    Jonathan apenas respira. Me levanto para buscar mi pantalón, alejándome de él. Sin embargo, puedo sentir cómo sus ojos recorren mi cuerpo, quemando mi piel con deseo incluso a la distancia. Aunque lo haya visto incontables veces, soy consciente de que el impacto es aún más intenso ahora:la mujer que más ha deseado no es más que su propia tía.
    
    —Te espero abajo —murmuro segundos después, dejando la habitación en silencio y a él solo con sus pensamientos.
    
    Desciendo las escaleras con una calma exagerada. El sonido de mis sandalias se pierde entre el estruendo de la música. Fernanda se me acerca con una sonrisa radiante para preguntarme por su hijo, a lo que simplemente respondo que he charlado un rato con él para convencerlo de que baje. Ella levanta el pulgar en señal de aprobación y vuelve a su lugar, donde la descubro bailando con su nuevo rollito.
    
    Vaya que mi hermana no pierde el tiempo, está más viva que nunca. Aunque, ¿quién soy yo para siquiera criticarla?
    
    Me dejo caer en el sofá. Saco mi móvil, la pantalla ...
    ... iluminando mi rostro con una luz pálida. Jonathan todavía no baja, y la tentación de escribirle un nuevo mensaje me carcome.
    
    Yo: Ha sido un placer conocerte. Eres un chico fascinante, me muero por saborearte por completo, muñeco ;)
    
    ¡Ay, Dios! ¡No puedo contener la emoción! Siento que voy a estallar de alegría. Saber que mi sobrino ya conoce la verdad me hincha el pecho de orgullo. Es como si una ola de felicidad me inundara por completo, borrando cualquier atisbo de tristeza o duda.
    
    —¡Hey! ¿Bailamos? —¡qué tío más pesado!—. Están poniendo reguetón, ven y nos acercamos un poquito.
    
    Intento esbozar una sonrisa mientras acepto su patética mano. Con un tirón, me arrastra al centro de la sala y me sujeta por la cintura, acercándome incómodamente a él. El ruido estruendoso y el reguetón machacón inundan el ambiente, haciendo que me sienta aún más fuera de lugar. Trato de mantener la compostura; él mueve su cuerpo al ritmo de la música, pero mis movimientos son torpes y descoordinados. Sus manos se aferran con demasiada fuerza a mi cintura, haciéndome sentir atrapada e incómoda.
    
    —¡Y bien loco, bien loco, bien loco!¡Mola mucho! ¡¿Te gusta?!
    
    —¡Y una mierda! —grito, alejándome de él—. ¡No quiero bailar más!
    
    Me zafo de su agarre y me vuelvo a sentar, furiosa. Joder, lo intenté, pero no puedo aguantar este tipo de tíos. Le hago una mueca para que ni se me acerque y lo observo alejarse hacia la salida de la casa, cabizbajo. ¡Que le den por culo!
    
    Minutos después, Jonathan ...
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