1. Las obsesiones inconfesables de mi hijo


    Fecha: 05/09/2024, Categorías: Incesto Autor: fran, Fuente: TodoRelatos

    Me llamo Laura he cumplido los 47 años, me considero una mujer bastante normal y muy conservadora en mi forma de actuar en la vida, estudié en un colegio de monjas y la educación que me inculcaron estuvo dirigida siempre hacia una base sólida de principios éticos y morales y volcada siempre a mi familia.
    
    Con 20 años conocí a Mario, el que hoy es mi marido, después de dos años de noviazgo me pidió matrimonio y acepté, puedo decir de él que sin ser un hombre r agraciado físicamente, siempre ha estado volcado en su trabajo y en que no nos faltara nada ni a mí ni a nuestros hijos, es el único hombre que he conocido y para mí es el mejor, aunque haya habido hombres que se han fijado en mí y no porque vistiera muy provocativa ni nada por el estilo, pero mis pechos de una talla 100 y mi culo prominente, reconozco han provocado que más de uno doblara el cuello, mi altura es bastante normal 1,64, y de melena rubia con mechas oscuras, normalmente recogido que es como más me gusta llevarlo.
    
    Tengo dos hijos, por un lado mi hija Sara, 24 años actualmente estudiando en Londres a la vez que trabaja de auxiliar de enfermería y luego mi hijo Luis, 19 años un chico alto, tímido pero muy bien formado pero cuya timidez le impedía tener fortuna con las chicas.
    
    Desde siempre he sentido predilección por mi hijo Luis, y no porque a mi hija no la quisiera, pero ella es más independiente, con sus ideas propias y se ha valido más por si misma que mi hijo, al que siempre he intentado mimar ...
    ... más, quizá ha sido culpa mía, por ese exceso de mimo, el que dependiera más de su madre a la hora de tomar decisiones, pero las monjas me inculcaron tanto el tema de la familia que demasiado a pecho me lo tomaba.
    
    - ¡Déjale que se espabile, le vas a atontar de tanto protegerle!- me decía mi marido.
    
    Y hay que reconocer que en parte tenía razón, hasta cumplir los 12 años le bañaba y si no pues me esperaba a que llegara, hasta que empecé a notar que su cuerpo empezaba a tomar forma de un adolescente que se iba desarrollando en todos los aspectos.
    
    Un día, estando en la bañera y mientras con la esponja restregaba su cuerpo, empecé a notar como su pene se iba endureciendo, al principio le di la importancia justa y necesaria pero me fui dando cuenta que cada vez la excitación de mi hijo al bañarle se iba haciendo más frecuente y yo me iba sintiendo más apurada ante la situación y no por ver a mi hijo desnudo excitado, es que un cosquilleo me recorría en mi interior y un día le pille observando mi escote, lo cual me hizo tomar una decisión drástica.
    
    - Hijo, creo que ya tienes edad de bañarte tú solo, tu madre no va a estar bañándote toda la vida, tu hermana lo hace sola desde hace tiempo y tú debes hacer igual.
    
    - Pero mamá, a mí me gusta me bañes tú, sé que no vas a bañarme toda la vida pero mi hermana es mi hermana y yo soy yo- me contestó con un rictus de pena.
    
    - ¡Ya está decidido!, no creo tampoco que a los chicos de tu edad los bañe su madre- le afirmé entregándole ...
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