Las obsesiones inconfesables de mi hijo
Fecha: 05/09/2024,
Categorías:
Incesto
Autor: fran, Fuente: TodoRelatos
... la toalla mientras abría la puerta para marcharme.
Entré en la habitación de mi hijo para recoger la ropa sucia que estaba tirada por el suelo, me turbaba el pensar mi hijo se pudiera excitar viendo a su madre y eso era algo que me parecía incestuoso e inadmisible, por muy menor de edad que fuese pero de mi mente tampoco me podía quitar de encima la herramienta de mi hijo para la edad que tenía con ese inicio de vello que empezaba a surcar sus huevos, una ligera humedad notaba en mi entrepierna, recogí la ropa y me dirigí a la cocina quitando de mi cabeza las formas, que mi hijo en su pubertad, estaba empezando a desarrollar.
Fueron pasando los años y Luis se convirtió en un apuesto adolescente, seguía siendo mi ojito derecho pero se mantuvo una relación normal entre madre e hijo.
Cuando cumplió los 18 años, empezó a salir de noche, a su padre y a mí no nos gustaba la idea de las salidas nocturnas, pero era ley de vida y había que aceptarlo, eso sí seguía siendo un desastre a la hora de mantener organizada su habitación. Un día, como tantas veces había hecho durante tantos años, estaba colocando su ropa y guardándola en los cajones cuando en uno de ellos vi varias revistas pornográficas, a mí me parecía asqueroso todo aquello pero me pudo la curiosidad y me senté a ojear lo que veía mi hijo, aquello era un compendio de posturas entre hombres y mujeres con pollas duras y coños abiertos, primeros planos de bocas chupando pollas y lenguas introduciéndose en los coños, ...
... para mí aquello era algo inaudito. La vida sexual con mi marido se basaba en la típica postura en la que el hombre abría las piernas de la mujer y se movía hasta correrse, nunca había habido mamadas como las que aparecían en las fotos de esas revistas.
Ver aquello revolucionó mi cuerpo sintiendo un calor que creía desconocido, mi mente me decía que aquello era repugnante pero mi cuerpo intentaba contradecir mis pensamientos, ver aquellos falos gruesos y marcando las venas en las bocas de aquellas chicas, insertados en los coños así como chorros de semen goteando de sus bocas, me quedé atónita aunque empecé a notar como mi entrepierna se humedecía, llevaba una camisola fina de estar por casa cubriendo mi cuerpo y en pocos instantes y sin darme cuenta me noté con las piernas abiertas mientras mis dedos acariciaban mi braga ya empapada la cual retiré de un lado hasta alcanzar mis labios vaginales encharcados.
- “Dios mío ¿que estoy haciendo?”- pensé negando con la cabeza entrecerrando los ojos.
Por mi educación no estaba acostumbrada a masturbarme, esporádicamente lo había hecho, pero sin más resultado que un desahogo pasajero, estaba en la cama de mi hijo con las piernas abiertas restregándome mientras observaba una revista pornográfica, noté mis pezones se habían endurecido y mientras los dedos de mi mano izquierda frotaban mi coño de arriba abajo en un movimiento cada vez más acelerado, mi mano derecha masajeaba mis dos mamas amplias, como si fueran masa de pan.
Me ...