Paola (partes 1 y 2)
Fecha: 06/09/2024,
Categorías:
Sexo con Maduras
Autor: pinkdemon, Fuente: CuentoRelatos
... la tercera noto que con mas confianza empieza a relajar su cuerpo en el mío y algo duro empieza a rozar mi entrepierna, y cada vez crece mas hasta el punto que parece que quiere romper la tela del pantalón y de mis leggins y llegar a su objetivo.
El movimiento del vagón hace que empecemos a friccionarnos hasta tal punto que casi lo tengo atrapado en mi entrepierna, ha de estar bien dotado el viejito, me digo a mi misma, deduciéndolo por el tamaño de su barriga y aun así lo tengo llegando casi a la mitad de mi cuerpo por entre mis muslos, pero no todo lo bueno dura, en la siguiente estación el vagón casi se vació y el se apartó de forma brusca como asustado, saliendo del tren perdiéndose entre la gente.
Tomándolo de la mejor forma posible dejo pasar el hecho y me dispongo a salir para ver a mi marido, un torrencial aguacero está a la salida, mi marido me sugiere que regresemos a su oficina por su auto, temblorosa y con frio no me queda mas que aceptar, como es la terminal de nuevo subir es un triunfo, quedo atrapada en el último rincón del vagón, no hay asiento por lo que me sujeto del único pasamanos que hay una señora esta frente a mi con varias cajas de cartón largas donde me apoyo para ir un poco más cómoda.
Empiezo a frotarme los brazos como puedo para darme calor cuando noto que a unos metros esta el señor con el que venia anteriormente, con su impermeable de plástico, igual y por la tormenta decidió regresarse me imagino, dejo de temblar ya que su mirada se ...
... cruza con la mía, como puede y por su edad logra abrirse paso hasta donde estoy, no digo nada instintivamente y llena de morbo y con mi lívido a tope me volteo de espaldas haciendo un hueco entre las cajas y yo donde el logra acomodarse.
En realidad quería sentirlo detrás de mi, rodeados por la multitud el solo atina a estar detrás de mi sin ir más allá, el tren esta detenido, levanto un poco la cadera para incentivarlo y nada, de repente las luces se apagan por un momento lo que el aprovecha para restregarse en mi, el se disculpa yo volteo el cuello para verlo levantando un poco mas mi cadera aceptando el rose, el hace el amago de retirarse pero yo saco otro poco mi colita de manera que no se pierda el contacto.
El se dio cuenta de que había complicidad, y se quedo quieto manteniendo el contacto. Aún así no iba a mas, la gente volteaba de vez en vez a mirarnos, como que algo andaba mal para ellos y con el tren detenido se prestaba para que nos estuvieran morboseando igual, sin embargo estaba sucediendo algo inesperado, mi marido empezó a acercarse, el viejo se quiso apartar pero yo lo detuve apretándolo con mi cuerpo hacia las cajas, en realidad no esperaba que mi esposo reaccionara como lo estaba haciendo, el es alto y fornido y colocándose de frente a nosotros extendió los brazos tomándose de los tubos superiores del vagón y tapándonos con su gabardina como protegiéndose de la gente que empezaba a empujarse porque el tren estaba poniéndose en marcha.
El anciano ...