Volver siempre al incesto con mi madre
Fecha: 11/09/2024,
Categorías:
Incesto
Autor: MORADO SUBIDO, Fuente: CuentoRelatos
... bajando mis manos hasta provocar que ese cierre se abriera aún más, deslicé mis manos hasta alcanzar el borde de su tanga de tiro corto, esa caricia sobre el pubis de mi madre, fue el interminable deseo que nos volvía a conectar.
—¿Estás seguro? —me murmuro, mientras ahora ella se mordía los labios y cerraba los ojos.
—Muy… —mientras le mordía suavemente la oreja y se la mojaba con la punta de mi lengua.
—Me volvés loca Richard… —cuando llevó mi mano más profundo, dejándome sentir lo húmeda que estaban su tanga y su pantalón blanco. Allí sentí que estaba totalmente depilada y su clítoris latiendo a gritos.
—Vámonos al country Richard (nuestra casa fuera de Bs. As.) allí estaremos solos hasta mañana; podemos pasar la noche juntos.
Se giró delicadamente, me miró con sus ojos verdes y colgándose de mi cuello, mientras me despeinaba, me comió la boca como una perra… ¡Esa era otra vez mi madre!, una perra sobre sus tacos blancos. Mi boca devoró sus labios y un juego de salivas volvieron nuestros alientos en uno.
Subimos al auto, nos quedamos en silencio y tomando por esas avenidas de Bs. As. pretendí tomar la autopista panamericana, cuando ella sin mirarme, acarició mi mano y aún con su pantalón húmedo y desabrochado, murmuró —vamos a un telo—. A mi siempre me gustó “Saint James” en Belgrano. Llegamos, se abrió la magia de la suitte y las luces rojas encendidas junto al chorro de agua que iba llenando el jacuzzi fue el escenario, frente a nosotros mil espejos que ...
... delante de mis ojos reflejaban a mi madre desnudándose para mis instintos. Me relajé, me senté en un sillón y pedí ese “scotch on the rocks” que le pasé a mi madre, para que esos hielos jugaran con sus pezones.
La deseaba nuevamente, o como nunca dejé de desearla en mis fantasías, después de nuestra última vez en la playa, hacía varios años; aquellas épocas cuando ella jugaba con los cuernos de mi padre y las calenturas de sus amantes, conjugados en ambos sexos, ¡una ninfa! Con sus lolas hechas, sus aureolas dibujadas de tono rozado y sus pezones provocándome, mientras ella misma se los pellizcaba.
Se acercó a mí, seduciéndome, su dedo índice jugando en su boca; el pantalón blanco manchado con su flujo se dejaba caer a cada paso, su tanga de tiro bajo ya no escondía su pubis depilado y esa fina tira de bellos que baja hacia ese clítoris encendido, todo ello hacía sentir que mi erección se escapaba de mi boxer. Me levanté, la atraje hacia mí, mi boxer se juntó con su tanga y su mano bajó hasta sentir que mi erección estaba dedicada a ella. Volvimos a conjugarnos en un juego de labios, lenguas y salivas que iban de mi boca a su boca y que dejábamos caer sobre sus lolas.
No hubo tiempo de llegar a la cama redonda de esa suitte. Mi madre se puso frente a mí, y de rodillas fue apretando mi sexo con sus labios, hasta que logró con sus dientes quitarme el boxer, mientras mi “pija” comenzó a entrar y salir de su garganta, ella era un espectáculo pornográfico que hipnotizaba ...