Nuevamente con la vecinita hija del pastor
Fecha: 14/09/2024,
Categorías:
Infidelidad
Autor: perenquen, Fuente: TodoRelatos
... manos a sus pechos, como evitando que la mirara. Me metí en el agua y me fui acercando hasta ella. Me fije que, al poco tiempo, tras dudar, dirigió su mirada hacia mi pene, el cual emergía con una moderada erección entre mis piernas. Al ver cómo me encontraba, la joven se ruborizó y me contesto:Oh¿D. Lucio porque se le ha puesto así?
-Es normal Katy. Eres una joven preciosa. Volver a ver ese cuerpo que posees, no puedo evitar que se me levante. Le conteste sin mayor reparo.
-Oh no debe… Oh… debo marcharme. si mi padre me ve….aquí…. se agitó la joven encogiendo su cuerpo.
-Tranquila. Nadie nos ve.Le conteste, intentado tranquilizarla. Al ver que, pese a todo, continuaba mirando mi verga, la cual se estaba poniendo cada vez más erecta, le dije:Katy. ¿Se que estas deseando volver a tenerla en tu mano? ¿Porque no lo haces?
-Oh no. ¿Está loco…?. por favor…exclamó. No obstante, percibí que aquellas palabras de rechazo, no las pronunció con mucho convencimiento. Eso me verificó que la joven estaba dudando. En el fondo era consciente de que deseaba volver a tocar mi pene. Por ello me acerqué más hacia ella, y volví a decirle:Anda. Tócala. ¿Mira cómo se me ha puesto?
La joven volvió agitarse, mirando para todos lados, temerosa de que alguien nos pudiera estar viendo. Tras unos momentos de duda, con cierto nerviosismo, alargó su manita y tomó mi verga en su mano. Al instante la retiró, como si se hubiera sorprendido de mi tremenda erección. No quise hostigarla. Esperé ...
... paciente. Al momento, su curiosidad la llevó a volver a alargar su mano y tomarla de nuevo. Pero, esta vez la apretó con decisión.
Me doy cuenta como la observa, sin soltar mi verga de su mano, pero sin decidirse a dar el siguiente paso. Por ello, le dije:Vamos Katy. Tócala toda. Mira como la tengo. ¿Has viso que grande se me está poniendo? ¿Se que deseas tocarla?
-Oh D. Lucio, no debo, contesto tímidamente. Pese a todo, no pudo resistirse, comprobando como comenzó a pasar su manita a lo largo de toda mi verga, que se hallaba con una empalmadura tremenda. ¿Qué te parece? Le pregunte.
-La tiene muy dura… ¡parece que le haya crecido más! Me contestó agitada y sonrojada, pero sin dejar de tocar y manosear mi falo. Tener la pequeña mano de la joven vecina tocando mi falo, me produjo una soberana erección.
Tenía perfectamente claro que la joven se estaba excitando con el manoseo que la estaba propiciando a mi verga. Era lógico. Después de cuatro años, volvía a tener entre sus manos la tranca de un hombre. Durante ese período, según sus comentarios, no había tenido relación con ningún joven. Era normal que se sintiera atraída.
Me percaté que, pese a sus miedos iniciales, continuó pasando su manita por todo mi pene, masajeándolo desde arriba hasta abajo. Estaba claro que esa acción le satisfacía. Era como si tuviera un juguete en su mano. Evidentemente tanto tocamiento, terminó por descapullar mi falo.
Al ver asomar la cabeza del glande, reluciente y son signos ...