Una relación perfecta
Fecha: 23/09/2024,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Gargola, Fuente: TodoRelatos
... actividad se ha reducido a la introducción al derecho, a la contabilidad y a la estadística. Por lo demás, llevo una vida monástica absoluta.
—¡Dímelo a mí!
—Bueno, Adriana acaba de dar a luz. Hazte a la idea de todavía os queda la cuarentena, aunque no creo que a ella le apetezca mucho meneo en estos momentos.
—A ella desde luego que no...
—Bueno, tú no has sido el que ha parido, —le recalca.
—Ya, por eso. Súmale los cuarenta previos que ya acumulo.
—¿Tanto?
—Más de lo que quiero recordar. He perdido la cuenta de las semanas. Debería haberlo apuntado en mi agenda, —dice bromeando. —Cuando no son los dolores, es el cansancio, si no, el reposo, —confiesa mientras apaga el aire acondicionado y se levanta para abrir las ventanas. —Es lo que hay, pero se hace duro, ¿sabes?, —admite. Después recapacita y rectifica, —la situación, digo, —añade mientras ambos ríen la gracia.
Mientras abre las ventanas Carol lo observa con discreción. Va con un pantalón corto mostrando unas contorneadas piernas de escaso vello. Una camiseta de tirantes delimita su torso trabajado y muestra unos brazos fibrosos. De forma involuntaria, su vista se detiene en su entrepierna y advierte un abultamiento más pronunciado de lo habitual. Quizás son imaginaciones suyas. No está muy segura, pero tampoco es un detalle en el que se haya fijado con anterioridad. Por primera vez lo está viendo y evaluándolo como hombre. No sabe si por la reciente confesión o porque siempre le ha atraído ...
... físicamente, si bien, más como admiración que de forma sexual.
—El tiempo vuela, —dice Carol cuando él vuelve a sentarse a su lado, pero, esta vez invadiendo sutilmente su espacio vital, por lo que Carol se incómoda, pese al aura de complicidad y atracción que envuelve a ambos con sentimientos y sensaciones ocultas hasta el momento.
—Sí, cuando todo es bienestar y placer es así, pero cuando toca ir cuesta arriba se ralentiza, de ahí la relatividad, —añade él con connivencia mirándola a los ojos a la espera de una respuesta o de un acercamiento que dé pie a dar un paso más, no obstante, ese acercamiento no llega.
—Claro, —expresa Carol apartándole la mirada con turbación, desviándola un microsegundo por un bulto que parece más inflamado, y ante un desconcierto latente y una situación que no sabe cómo gestionar y que se le escapa de las manos, se levanta con la excusa de que está cansada.
—Que descanses, —dice él sin estar seguro de si su ánimo es de frustración por no ir más allá o de alivio por no hacerlo, y con esa incertidumbre también se acuesta. Eso sí, más excitado de lo habitual. Intenta acoplarse en el poco espacio que Adriana le ha dejado, apretujándose y buscando los recovecos disponibles. Le apetece arrimarse a Adriana y hacerse notar como en otras ocasiones, sin embargo, eso sería empeorar la situación. Está tan caliente que por un momento quiere olvidar la cuarentena, bajarle el pijama y penetrarla como tantas otras veces, pero eso no es posible.
La ...