La vida secreta de la chica buena de clase
Fecha: 26/09/2024,
Categorías:
Dominación / BDSM,
Autor: Alfasuperior, Fuente: CuentoRelatos
... gracias.
-Venga, ven conmigo, no te preocupes.
Cristina era prácticamente la única que le trataba bien. Una de las mujeres más brillantes de la clase y que, con ese cerebro privilegiado y esa belleza pálida y elegante, podría llegar a donde ella quisiera. Ese cuello de cisne, que desembocaba en su rostro angelical, a su vez rodeado de su lindo cabello marrón con flequillo, había ocupado durante años un lugar prominente en sus sueños más dulces y húmedos. Hasta los flecos de su camisa bajo el jersey le parecían indeciblemente sexys.
-No lo entiendo-se quejó Pablo, oculto bajo un árbol, mientras ella le abrazaba-. No entiendo cómo ese imbécil puede ser tan popular con... con sus amigos y con las mujeres. No sé, a veces pienso que no merece la pena ser bueno...
Cristina le acarició la cara.
-No digas eso, guapo. Tú eres mejor que él, mejor que todos esos imbéciles. Y, bueno, puede que a él se le den mejor los deportes o los estudios, pero el mundo sería mejor con más personas como tú en él. Yo me lo paso muy bien contigo.
Se le iluminó la cara al oír "guapo" de esa boca, pese a que era consciente de que no era mejor que Max y sus amigos. Todos ellos habían tenido novia ya, y más de una, y él todavía seguía matándose a pajas de cinco minutos en el baño de su casa. Pero, gracias a Dios, existía gente como Cristina en el universo.
-Oye, Cristina, deberías irte con tus amigas. No te vendría bien que te vieran conmigo. Sobre todo, después de...
Le ...
... mostró a Cristina sus muñecas, donde todavía estaban las marcas de la navaja que le había mantenido fuera de clase durante un mes. Se había intentado cortar las venas unos días después de que Max pasara por el grupo de clase el vídeo en el que se follaba a una chica de otro instituto. Las odiosas comparaciones, los gemidos que nunca oiría, la certeza de que nadie le amaría jamás... le habían llevado a cometer esa locura. Pero ahora estaba bien, o eso quería pensar.
-Pablo, lo que te pasó no fue culpa tuya. Quien no lo entienda, quien te vea como el raro... es el que verdaderamente está mal. Si necesitas mi ayuda, dímelo. Y, oye, algún día tendremos que tomarnos ese batido que me dijiste.
-¿Qué tal te viene esta tarde?
Ver cómo chasqueaba la lengua hizo que, de nuevo, se le cayera el mundo encima.
-¿Y eso?
-Tengo que estudiar, Pablo, ya lo sabes. Se acercan los exámenes y tengo que tener una buena media si quiero estudiar Medicina.
Pablo asintió, tragando sus lágrimas.
-Claro. Ya verás, lo vas a petar.
Clara sonrió y le dio un beso en la mejilla. Se alejó, con su perfume de jazmín y sus andares de hada del bosque, con esa gracia y esa bondad admirada por alumnos y profesores, con esa reputación impermeable a cualquier contacto que pudiera tener con un marginado como él.
Sin que nadie lo supiera, se apoyó en una pared para mirar el móvil. Y, al ver lo que había, se mordió el labio.
"Ya tengo lo que me pediste, zorra. Nos vemos esta tarde en mi ...