La vida secreta de la chica buena de clase
Fecha: 26/09/2024,
Categorías:
Dominación / BDSM,
Autor: Alfasuperior, Fuente: CuentoRelatos
... habitación".
Tecleó con rapidez:
"Ahí estaré, papi".
...
Cristina le hizo el Bizum a su profesora particular de violín para que no le dijera a sus padres que no había ido a sus lecciones. Después, consultó los mensajes de su móvil, respondiendo dulcemente a los memes de sus amigas y al grupo de WhatsApp de la familia. Al revisar sus últimos mensajes, vio un largo soliloquio de Pablo, quejándose de su soledad. Suspiró: pobre chico. Seguramente fuera una forma de decirle sutilmente que le gustaba, sin tener que arriesgarse. Pero, aunque sentía lástima por él, ahora sus problemas eran lo ultimo que le interesaba.
"Tranquilo, Pablo. Seguro que encontrarás a alguien"-mintió. Quizás con eso tuviera para pajearse durante toda la tarde.
Una vez resueltos todos sus compromisos, se alisó el pelo y llegó de nuevo a la casa. A la fatídica y gloriosa casa donde perdía su dignidad todos los jueves y a la que, sin embargo, se pasaba toda la semana queriendo volver. Miró a ambos lados de la calle: aunque era la hora de la siesta, quería asegurarse de que nadie le viera. Nerviosa, con las piernas trémulas y el corazón acelerado, llamó al timbre. Se llevó el dedo índice a la boca, esperando la respuesta. Y, cuando oyó la voz de Max, el pecho le dio un vuelco.
-Sube, zorra.
Torció el gesto y volvió a mirar a su alrededor tras abrir la puerta. Le había dicho al muy cabrón que no le dijera esas cosas cuando los pudieran oír... pero, en fin, era lo que tocaba. Mientras ...
... subía las escaleras y su falda corta dejaba al descubierto sus níveas piernas, sorbía aire por la nariz, ansiosa por probar lo que esos hijos de puta le habían prometido.
Al llegar a la puerta, llamó al timbre, tan tímida como la primera vez. La voz de Javi le respondió:
-¡¿Quién es!?
Apretó los puños. Odiaba ese ritual, pero sabía por qué lo hacía. Pensó en la cocaína, y eso le dio fuerzas para susurrar:
-Vuestra puta sumisa.
-¡No lo oigo! ¡Más fuerte!
-¡Vuestra puta sumisa!-gritó, furiosa, y se tapó la boca casi al instante. Mierda, si alguien la había oído, si venían a ver qué sucedía...
Por suerte, la puerta se abrió al instante. Ellos también debían de estar ansiosos por follársela. Corrió hacia dentro, solo para encontrarse con la figura musculosa de Jorge, que le puso la mano en una nalga.
-Mira, está deseando tragarse nuestras pollas.
Javi, más gordo, le dio un beso en la boca que ella aceptó sumisamente, disimulando su asco. Sin prolegómenos, sin preliminares ni hostias. Sus amos eran así.
-Pues, venga, vamos a llevarla al comedor. Que no veas lo impaciente que se ha puesto Max...
Cristina echó un vistazo a ese piso alquilado. Evidentemente, un pisazo como ese no podía explicarse únicamente por la riqueza de sus padres, sino también por la pasta que esos chicos ganaban trapicheando. Todos los chicos y, sobre todo, las chicas sabían eso. Todos sabían lo que algunas muchachas hacían para conseguir su dosis de coca gratis, y todos sabían que ...