Sumisa infiel y marido cornudo relato bondage BDSM
Fecha: 28/09/2024,
Categorías:
Dominación / BDSM,
Autor: parejasumisa, Fuente: SexoSinTabues30
Mi trabajo de azafata en un lujoso edificio de oficinas famosas por alojar abogados, arquitectos, y empresarios, consistía en abrir la puerta a las personas, saludarles amable, sonreír, estar siempre guapa, indicarles dónde está el ascensor, o tal despacho, y cosas por el estilo. A pesar de mi profesionalidad, las jornadas de ocho horas, vestida con los zapatos de tacón alto de aguja, la minifalda demasiado corta justo por debajo de las nalgas, medias hasta el muslo, y con la camiseta ceñida elástica, eran muy aburridas, pero por suerte tenía en el mostrador de recepción una secretaria de recepción, para sellar documentos, entregar hojas, y mil cosas que hacen las secretarias.
En los ratos tranquilos nos divertíamos hablando entre nosotros, y un día especialmente aburrido y lluvioso, donde no había casi nada de actividad, no pusimos a hablar de sexo. En aquella conversación le expliqué que yo tengo pareja, pero que somos muy liberales, y que a mí me excita mucho ser sumisa sometida por Amos dominantes que me imponen disciplina y educación, que me castigan, que me humillan, que me atan, y le comenté que a mi novio le excita ser cornudo y saber que estoy sometida y torturada por Amos que me tienen dominada.
La secretaria conocía a mi novio porque viene a buscarme todos los días a los siete de la tarde y nos vamos en coche, por lo que era más fácil entrar en detalles privados. Hablamos mucho del tema, casi monotemática la conversación toda la tarde, y le expliqué muchas ...
... cosas con aquella confianza de que entre dos compañeras de trabajo se guardan los secretos. Sin embargo, lejos de guardar los secretos, se lo explicó al de seguridad y al arquitecto y al abogado y hasta al de la limpieza, sin que yo lo supiera.
Descubrí que lo sabía todo el mundo, hombres y mujeres, un martes en que habló conmigo un economista. Me dijo si quería trabajar para él, sueldo el doble y jornadas menos agotadoras. Yo estaba encantada, pero le dije que yo no tengo ni idea de economía, a lo cual me respondió que aprenderé rápido. Me citó al finalizar mi jornada, ya que él se iba más tarde.
A las siete en punto, ni un minuto más ni un minuto menos, di el recado a la secretaria que dijera a mi novio que se esperara en el vestíbulo, porque yo estaría en el despacho del economista que me ofrecía trabajo, y disparada entré en el ascensor. Pulsé el botón de la tercera planta. Bajé del ascensor, llamé a su timbre, y el señor me abrió la puerta. Cerró la puerta, y apenas cerró la puerta, allí, de pie, me comentó que necesita una chica sumisa y obediente para su despacho.
En ese momento me quedé perpleja, y me di cuenta que la secretaria había ido hablando de mi fantasía por todos sitios.
Entonces me ofreció trabajo en su despacho, contrato laboral estable de secretaria, y de sueldo me ofrecía cobrar el doble de lo que ganaba. Tareas que debía aceptar eran variadas, el papeleo típico, atender el teléfono y la agenda, limpiar la oficina, ordenar, pero siendo siempre y ...