1. Sumisa infiel y marido cornudo relato bondage BDSM


    Fecha: 28/09/2024, Categorías: Dominación / BDSM, Autor: parejasumisa, Fuente: SexoSinTabues30

    ... frente también tocaba la mesa, y en algún sitio debió de haber un enganche o cadena a la mesa, porque al darme la orden de incorporarme vi que no podía levantarme de la superficie de la mesa. Sólo estaba inclinada y tumbada sobre la mesa de cintura hacia arriba. Las piernas seguían rectas de pie. Me ordenó abrirlas, mucho, al máximo, y sentí aro de esposas en cada uno de mis tobillos. Tenía las piernas que no podía abrirlas más. Estaban al máximo de abiertas, cada una a un extremo, y deduje que el otro aro de las esposas estaba sujeta a algún hierro o pata de la mesa en cada extremo, porque no podía cerrarlas ni un milímetro.
    
    Ya en esa posición, un dedo entró en mi vagina empapada, y un gemido de excitación brotó en mí con la misma fuerza que estalla un volcán. Lo movió, y en la parte superior, según estaba atada, encontró un punto que me enloquecía. Se entretuvo volviéndome loca de placer, y en ese momento inicial le dijo a mi novio que se desnudara. El tiempo que tardó en desnudarse estuvo manteniendo el ritmo fijo con el dedo, sostenido, sin alterarlo, el cual ya era muchísimo placer para mí, y cuando ya estaba desnudo le ordenó a mi novio que se pusiera de pie, que tomara el antifaz de cuero que había en el primer cajón del escritorio, que se vendara la ojos, y con los ojos vendados anduviera hasta topar con la pared.
    
    Yo gemí increíble de excitación.
    
    Imaginé a mi novio en esa posición, y me excité a niveles gigantescos. Apenas me había dado cuenta de que había ...
    ... quitado el dedo de mi vagina, pero fue un segundo sólo la pausa. Al instante entró un vibrador, del tamaño de una polla, y el murmuro amordazada se oyó por toda la oficina. Otro segundo vibrador, de aquellos que son estimuladores de clítoris, se posó a toda marcha sobre mi clítoris, y el orgasmo vino a esa velocidad de un halcón que se tira a por su presa.
    
    Aún correrme, mantuvo los vibradores en plena función, y al tener el segundo orgasmo oí al señor hablar a mi novio. Le dijo que escuchara cómo disfruto, cómo soy suya, cómo me usa atada, y todo ese discurso me elevó la sensibilidad a un nivel que llegó el tercer orgasmo. Y me vino un cuarto orgasmo.
    
    Estaba muy claro que me quería torturar y agotar en una sesión de multiorgasmos contra la cual estaba indefensa, imposible de liberarme, atada y amordazada, con mi novio sumiso obedeciendo las órdenes del Señor, allí quieto, inmóvil, callado, desnudo, disciplinado, y el hecho de pensar todo esto me provocó un orgasmo que pareció interminable, que duró minutos, o a lo mejor fueron dos seguidos y unidos. A esas alturas es difícil decirlo, porque yo ya había perdido toda cordura.
    
    Su polla entró muy adentro, directa, y estaba yo tan empapada que se oía el chapoteo. Embistió que me apretara contra la mesa, y las pinzas de los pezones se apretaron más contra la mesa. Dolían, pero su dolor aumentaba la excitación. Aceleró las embestidas, llegaba su rabo al fondo, y el hilo de baba que me regateaba hacía rato por la comisura del ...
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