1. Confesiones (2): Chofer


    Fecha: 04/10/2024, Categorías: Confesiones Autor: Kurosko, Fuente: CuentoRelatos

    ... que se levantara su esposo.
    
    Claro que le había echado el ojo, tenía un culazo y unas tetotas que le gustaba andar mostrando. Le gustaba usar vestidos con la espalda descubierta y para sus fiestas, siempre eran entallados y con escotazos que se veían claramente desde las cámaras, todo le rebotaba cuando caminaba. Rara vez sonería y si lo hacía, era para aplacar, a esa le gustaba intimidar y que le temieran. Tenía dos hijos varones, a los que conocía sólo por las cámaras, uno porque ya vivía solo y los visitaba algunos fines de semana y al otro, que era el que armaba pedas, estaba estudiando en la universidad. Por mis horarios, nunca me tocaba verlos llegar o salir. Y el esposo era un caso aparte, si seguían casados era seguro por apariencias, porque siempre que los veía juntos llevaba una cara de haber olido un pedo ajeno.
    
    Mientras esperaba, la señora llevaba una bata y un camisón de seda. Iba descalza y estaba viendo su celular en lo que se dignaba en presentarse el marido, de nuevo, sentada con las piernas cruzadas y el pie en el aire, como acostumbraba. Como siempre, la jefa de mucamas nos hacía tercia y por órdenes de la dueña me sirvió café y galletas. Pasó un buen rato, estábamos los tres en silencio, a excepción de los sonidos de su teléfono, hasta que se desesperó y me dijo que querían que fuera su chofer personal.
    
    Yo escuché eso y estaba a punto de decirle que ni de pedo, si de por sí era bien incómodo estar ahí con ella sin decir nada, ni quería imaginarme ...
    ... lo que sería andar aguantándola todo el día. Vio mi cara de seguro y me soltó lo que iba a ganar, dije que sí. Viendo que ya no era necesario esperar a su esposo, me dijo que me fuera, me dieron dos días de descanso para aclimatarme al nuevo horario.
    
    Fue bien pesado los primeros días. Apenas y me dirigía la palabra para decirme a dónde ir, era o al club o a alguna tienda o café. Lo bueno era que muchas veces me decía que ya no me necesitaba ese día y que me podía ir temprano, eso y que un día, cuando me preguntó qué me estaba pareciendo la chamba, le confesé que lo único que no me gustaba era usar ese uniforme ridículo. Dijo que a ella también le parecía feo, “anticuado” y esa misma tarde, me dijo que la acompañara a una tienda, me escogió atuendos para usar en la semana, mandaron llamar al sastre y me tomó medidas. Aquello era algo nuevo para mí y después de una semana, se consumó mi experiencia Pretty Woman.
    
    Pasaron los meses y poco a poco, se le iba soltando la lengua conmigo para quejarse sobre sus amistades o familiares. Pero una noche, me marcó en la madrugada y me ordenó que pasara a recogerla. Estaba hasta el culo, tenían una de sus fiestas y su marido dizque la intentaba convencer de no irse, pero no dio un paso fuera de la casa y al verla tambalearse por los peldaños del jardín principal, bajé para ayudarla a llegar a la camioneta. Me ordenó irnos a toda velocidad, pero por más que le preguntaba a dónde, sólo me decía que nos fuéramos de la casa. Conduje sin ...
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