1. Confesiones (2): Chofer


    Fecha: 04/10/2024, Categorías: Confesiones Autor: Kurosko, Fuente: CuentoRelatos

    ... palabras de ánimo de su amiga, recibió las llaves y activó el portón automático al volver a subirse. Una vez dentro, bajó y me dijo que la acompañara nuevamente. No había un alma más en esa casona, ella usó el baño y mientras, yo veía un poco de todo, eso sí, sin tocar nada. Luego escuché que ella me hablaba, pero desde el piso de arriba y la encontré por su voz.
    
    Estaba echada sobre la cama, ya se había quitado los tacones y me echó una mirada de cordero a medio morir al tiempo que le daba palmadas al colchón. Me puse en cuatro encima de ella, me le quedé viendo apenas unos segundos antes de empezar a quitarle el vestido y comerle esas tetotas que siempre le rebotaban debajo de la tela y que quería que todos le viéramos. Ella me pasaba las manos por debajo de la camisa en la espalda y de repente, se puso encima de mí. Fue abriéndola como rabiosa, uno o dos botones salieron disparados y fue encajándome los dedos (no se dejaba crecer las uñas) en el pecho y la panza y me sacó la verga del pantalón.
    
    ¡Güey! Esa ruca la mama como si le pagaran, chupa para sacarte el alma y mientras, con las manos termina de bajarme el pantalón. Ya cuando me la dejó bien dura, que se quita el vestido y vi sus calzones, todos mojados, volando hacia el piso. Se la ensartó pero no hasta el fondo, me cae que con ese carácter debió andar así de malcogida por un buen rato, estaba bien estrecha al principio, pero bien mojadita, la cabrona. Creo que quiso montarme y hacerse la dominante, empezó a ...
    ... montarme bien lento y sí se sentía rico, pero yo andaba al mil y la agarré de las caderas. ¡Uf! Se puso más apretadita, pero me lancé y que se la meto más y más al fondo. Ella bufaba como toro, con voz gruesa, como que se aguantaba las ganas.
    
    Ya cuando se la pude meter entera fue que la empecé a bombear como se debe. Los huevos me dolían, pero le daba hasta el fondo. La acosté de lado y me puse esa piernota al hombro mientras le seguíamos haciendo para que sonara como perro tomando agua. Sus melones se sacudían, sus nalgas se sacudían, pero yo quería oírla gemir. Le pellizqué un pezón y me quitó de un manotazo… y que le doy una nalgada de castigo, ahí era. Le cambiaba la voz cuando gemía tuve que parar para no venirme. La puse boca abajo y seguí azotándola un rato hasta ver ese culazo todo rojo y metérsela de nuevo.
    
    Estaba gritando al final, eso era lo que quería oír. Y me vine dentro. Ella se tocó la panocha un rato mientras le daba mis últimas estocadas y luego se quedó blandita, blandita.
    
    Cuando se despertó yo estaba en la sala, había un partido de la Champions y me quedé esperando. Seguía encuerada y yo estaba vestido, me había cambiado la camisa con el repuesto que siempre llevaba en la cajuela. Dijo que si quería algo de comer o beber era libre de agarrar lo que quisiera, resulta que esa casa era de ella, pero estaba a nombre de otra persona, que la mantenía limpia (cosas de ricos, supongo) y de la que ya ni siquiera se acordaba. Bebimos cerveza, comimos botana, ...
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