1. Mi primera experiencia como sumisa (F31)


    Fecha: 05/10/2024, Categorías: Dominación / BDSM, Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... acerqué al sofá para sentarme, al observar el lugar veo que en la mesa de centro había unas esposas y unas correas de cuero, en otro mueble algunas cadenas colgaban, que aunque me dieron curiosidad no les di mucha importancia.
    
    Entonces trajo una botella de vino con 2 copas, sirvió inmediatamente y empezó a sonar mi teléfono - Era mi novia – ya se había hecho algo tarde y de seguro estaba preocupada. Él me dijo adelante contéstale, pero yo no quería y es que como le iba a decir que estaba con un desconocido en su departamento.
    
    El teléfono dejó de sonar, Carlos Matías me mira seriamente y me dice: Katia, te dije que no es bueno mentir y eso abarca ocultar cosas – maldición el teléfono volvió a sonar – ¡Responde! me dijo con voz firme.
    
    Avergonzada, pero obedeciéndolo respondo: Hola cariño, ¿Cómo estás? Me encontré con un amigo, así que estoy tomando un café, Llego en un rato, estoy bien, no te preocupes… yo también… nos vemos mi amor.
    
    Corté y Carlos me dijo: ¿más tranquila tu novia? Cuéntame, ¿Cómo se llama?, ¿Cuánto juntas?, le respondí que su nombre era Sasha, teníamos casi 4 años juntas, nos habíamos conocido en Madrid y desde entonces nunca nos habíamos separado.
    
    Soltó una leve sonrisa, le dijiste que era tu amigo me dijo, a lo que respondí, ¿podemos serlo no? Acotó, es que, yo no tengo amigos, digamos que las personas que conozco no terminan siendo exactamente mis amigos.
    
    Con voz seductora me pregunta: ¿Qué piensas de las esposas?, porque estoy seguro de ...
    ... que las viste.
    
    - No lo sé, no tengo idea para que son y preferí omitir el pensar en eso.
    
    Son para jugar, estas que ves son fáciles de liberarse ya que no ejercen verdadera presión, sirven para “jugar a que estás retenida” pero eres consciente en que no lo estás. Añadió.
    
    Con asombro veo que se levanta toma mis muñecas y me pregunta: ¿Alguna vez te inmovilizaron Katia?
    
    - ¡NO!, respondo con firmeza,
    
    Él se ríe y me pide que extienda mis brazos, sigo sintiéndome embrujada por ese hombre, no entiendo que me pasa, pero me tiene dominada por completo y ¡lo acabo de conocer!
    
    Me colocó las esposas y levanto mis brazos arriba de mi cabeza, un frío recorrió mi cuerpo de cabeza a pies, él me mira fijamente y me pide que recuerde lo que me dijo antes, que esas esposas son fáciles de liberarse, supongo que me dijo eso para hacerme saber que si me quedaba allí era por mi propia decisión.
    
    Una sensación única entre miedo y querer salir huyendo me invadió, quizás no era miedo ni yo misma entendía que era, nunca había sentido algo así.
    
    Se fue hacia un cajón dónde empezó a sacar varias cosas que nunca había visto, volvió donde yo estaba con una gran pluma y empezó a frotarla por mi cuello, por mis brazos, mi rostro… ¿Te gusta? Preguntó, por un momento me perdí en las sensaciones que no presté atención a sus preguntas.
    
    Se detuvo mirándome seriamente diciéndome: Por no haber respondido te voy a tener que castigar. – Trajo otras esposas y me dijo: estas son para castigos, ...