Tiempos compartidos T04E03 “Mía” - Relatos Eróticos

Tiempos compartidos T04E03 “Mía”

Tiempos compartidos T04E03 “Mía”

Dolores tenía algo muy claro. No quería que la vida se le fuese sin poder realizar todo lo que deseaba. Quería viajar y recorrer el mundo. Deseaba nadar en playas paradisíacas y bailar hasta el amanecer. Le gustaban los autos lujosos y amaba ver las mansiones de las películas. Pero le faltaba una cosa, simplemente: dinero.

Cuando eligió su carrera sólo pensó en ello. No le importaba si le apetecía o no lo que estudiaba. Se cuidaba mucho con la dieta y mantenía su cuerpo en forma. Salía a correr todos los días y dos veces por semana iba al gym. Por las noches escuchaba ópera, siempre soñando que estaba en los grandes teatros vestida con trajes de gala.

Todo eso parecía demasiado lejano igualmente. Pero el destino le había dado una oportunidad única y sabía que no podía dejarla pasar. Ese jueves se levantó temprano y se puso sus leggings y una sudadera para entrenar. Corrió unos 7 kilómetros y regresó para darse una ducha. Fue a la facultad pero se retiró antes de la finalización de las clases. Había pedido un turno en la peluquería porque deseaba hacerse manicuría y pedicuría. Al terminar pasó por el super y compró unas frutas. Volvió a su apartamento y encendió la PC. Allí buscó cómo prepararse debía prepararse para una noche de sexo sin límites. Primero se rasuró por completa, asegurándose de que no le quedara ningún vestigio de vello por ningún lado. Luego volvió al video que estaba viendo y continuó su reproducción. A los pocos ...

... minutos había llenado unas botellitas de plástico que se llevó al baño consigo. Se puso en posición de perro dentro de la tina y se lubricó el ano con crema acondicionadora de cabello. Se fue insertando el líquido de cada botella uno a uno, intentando contener el mayor tiempo posible antes de soltarlo. Todo el proceso le llevó cerca de dos horas y al finalizar estaba segura que sus vísceras estaban completamente vacías. No había sido algo tan desagradable después de todo.

Miró el reloj y comenzó a cambiarse. El día anterior se había comprado un conjunto de ropa interior sensual. Liguero y medias, una pequeña tanga con abertura por delante y un sostén de tiras que dejaba sus pechos al aire. Se miró al espejo con cierta aprobación. Se colocó el vestido negro y los tacones punta aguja que la elevaban unos 8cm. y le ayudaban a contornear más sus piernas. Comenzó a maquillarse. Ya era prácticamente la hora. Se sentó en una silla con la espalda bien recta y esperó. Al cabo de un par de minutos sonó el timbre. Ya bajo –respondió. Tomó su pequeño bolso de mano y pidió el ascensor. Al salir a la calle un chofer la estaba esperando junto a un coche oscuro.

Todo transcurría de acuerdo a lo pactado. El chofer le pidió que se acomodase en la parte trasera. Desde allí no podía observar nada; los vidrios eran completamente opacos. El trayecto recorrido debió haber sido corto, porque en un cuarto de hora ya habían llegado al sitio. En ese momento sintió que el coche se movía de una manera ...