Mi madrina cuarentona (1) (corregido)
Fecha: 15/10/2024,
Categorías:
Sexo con Maduras
Autor: littlepancake, Fuente: TodoRelatos
... hacerte mía.
Ella solo me observaba muy sorprendida, mientras yo continuaba:
• Y este deseo nació una noche, en que, sin querer, te ví desnuda cuando te metiste a bañarte, pero antes de eso, vi cómo acariciabas tu cuerpo, cómo tus manitas se apoderaban de tus deliciosos pechos, cómo tus deditos aprisionaban y pellizcaban tus oscuros pezones; vi como una de tus manos bajaba hasta tu vulva, comenzando a estimular tu rosado clítoris, ví como introducías tus dedos en tu cálida y sedosa vagina hasta que te viniste en un delicioso orgasmo.
Sus bellos ojos, pasaron de la sorpresa a la furia, pero yo, que ya esperaba esa reacción, y sabiendo de antemano como reprimirla al mismo tiempo que hacerla desearme, continué:
• Pero creo que tienes razón Julia, si tú no sientes por mi lo que yo siento por ti, todo lo que yo diga o haga no podrá convencerte que el sexo, CUANDO SE HACE CON AMOR, NO PUEDE SER PECADO, – y, dejando de tutearla, – descuide madrina, tenga la seguridad que nunca volveré a importunarla.
• ¿Qué quieres decir?
• Que mañana es nuestro último día en Roma, pasado mañana nos trasladamos a la Riviera y una vez que la dejé instalada en el hotel y se la deje encargada al coordinador, tomaré el primer vuelo de regreso a México.
• Pero…
• No Julita, no tiene que decirme nada, la entiendo muy bien.
• Pero yo a ti no, ¿por qué quieres dejarme?
• Porque no puedo estar cerca de usted, de ti, sin poder contenerme, sin desearte, sin poder tocarte, ...
... acariciar tu rostro, sin poder tomar entre mis manos tus redondos senos, tus deliciosas nalgas, no poder desnudarte, besarte toda, comer tu apetecible coño, saborear la miel que de él emana, después perforarlo con mi verga y finalmente derramar mi emen dentro de él.
En ese momento, me quedé callado, para que ella pudiera asimilar mis palabras. tenía la experiencia para aprovechar el momento psicológico de mujeres como julita, quién me miraba entre sorprendida y furiosa, pero viéndola a sus ojos, también excitada y deseosa; y viendo que estaba a punto de decirme algo, le di la puntilla diciendo:
• Pero sé qué eso es imposible, por eso tengo que alejarme de usted, de ti.
Y dando media vuelta me dirigí a mi alcoba de la suite, dejándola en el living muda de la sorpresa. esa noche no pude dormir y creo que ella tampoco, pues, al día siguiente, cuando salió de su alcoba, impecablemente vestida, traía puestas unas gafas obscuras, para que yo no viera que no durmió, y se había pasado la noche llorando.
Pasamos el día sin novedad, yo sin despegarme de mi madrina, pero hablando sólo lo necesario, distante pero amable, cortés pero frío. a la mañana siguiente llegamos al aeropuerto, abordamos el avión y llegando al hotel de nuestro siguiente punto de destino, la llevé a nuestra suite, y dejándola instalada, dispuesto a salir le dije:
• Voy a ver al coordinador
Ella no se movió ni me dijo nada, solamente se quitó las gafas, y me miró con una mezcla de ansiedad y temor, pero no ...