1. Mi madrina cuarentona (1) (corregido)


    Fecha: 15/10/2024, Categorías: Sexo con Maduras Autor: littlepancake, Fuente: TodoRelatos

    ... comenzó a dispersarse, y mi madrina se volvió hacia mí, abrazándome por el cuello y besando mis mejillas, y finalmente me besó en los labios, con un beso dulce y tímido, que solo duró unos cuantos segundos, pues, tal vez, ella se arrepintió casi de inmediato, aunque el rubor de sus mejillas y el brillo de sus ojos, demostraban que ella lo había disfrutado tanto o más que yo.
    
    Regresamos al hotel con la intención de tomar una ducha, cambiarnos y bajar a cenar, pero nada más entrar, la tomé en mis brazos y la besé con algo más de pasión que en la plaza, mientras mis manos recorrían su espalda hasta los hombros, y hacia abajo hasta la frontera entre su cintura y su precioso culito; mientras que ella hacía lo mismo en mi espalda, brazos y pectorales; mientras, nuestros besos eran cada vez más profundos y cargados de pasión, nuestras lenguas libraban una sensual batalla cargada de erotismo y pasión.
    
    Después de unos minutos de sensual cachondeo, decidí ser más audaz, seguía acariciando su espalda hacia arriba, y al bajarlas, cada vez más, pasaba mis manos sobre sus formidables nalgas; subía y bajaba mis manos, hasta que se quedaron en sus duros y al mismo tiempo mullidos glúteos, dedicándome a sobarlos, apretarlos y pellizcarlos por encima de su muy ligera falda de seda floreada, pasando mis dedos por el canal entre ellos, deteniéndome brevemente en dónde sabía que está su orificio anal; con ese mismo movimiento, le fui levantando la falda, hasta sentir sus soberbias nalgas, ...
    ... cubiertas por un bikini también de fina seda. Seguí masajeándolos con una mano, mientras la otra subió por el frente, hasta encontrar sus preciosas tetas, que empecé a sobar por encima de su blusa y sostén. en todo ese tiempo, no dejamos de saborearnos con nuestros labios unidos, a veces con besos dulces y tiernos, otros cargados de pasión, en los que nuestras lenguas se enredaban, y se enfrentaban en una batalla erótica y sensual.
    
    Fue entonces que mi mano en su bikini, lo hizo a un lado, encontrando la espesa mata de vello púbico e introduciendo el dedo medio en medio de su ardiente vulva. Su reacción a esta caricia me sorprendió, pues me separó de ella empujándome y diciendo:
    
    • No, por favor no, esto no está bien hijo…
    
    • Pero ¿por qué no julita si lo deseas tanto como yo?
    
    • Si, nooooo, ya ni sé lo que digo.
    
    • Tranquila Madrina, no hay nada malo en lo que queremos hacer.
    
    • ¡NO ES CIERTO, ES UN PECADO!
    
    • ¿PECADO? no puede ser pecado hacer el amor, amándola como yo la amo a usted.
    
    • Pero…eso no es posible, yo podría ser tu madre, siempre te visto como al hijo que renuncié a tener…
    
    • Pero, ¿por qué madrina?
    
    • Porque le ofrecí a DIOS mi virtud, así como no caer en este pecado…
    
    • ¿Y no es más pecado tener deseos, malos pensamientos y malas acciones respecto al sexo?
    
    • ¿A qué te refieres?
    
    • Antes que nada quiero pedirle que me perdone, ya que todo esto lo planeé deliberadamente y con el propósito de hacerla mía – y mirándola a los ojos, – de ...
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