Mi amiga de la oficina - completa (06 - FIN)
Fecha: 15/10/2024,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Abel Santos, Fuente: TodoRelatos
Las palabras de María me cogieron desprevenido. Con todo el ajetreo, se me había olvidado el objetivo de la aventura de mi compañera con Ramón. Y dudé unos segundos en responder.
—Bueno… en fin… la verdad es que con todo este lío casi que se me han quitado las ganas.
María puso cara de incredulidad.
—¡No me fastidies…! —protestó—. ¿Después de hacerme pasar el peor rato de mi vida me sales con esto…?
—No sé… también lo hago por ti… —respondí intentando mostrar empatía—. Antes parecía que no te apetecía hacerlo.
Se metió las manos entre los muslos empujando la falda y silueteando las piernas. Estaba más sexy que cuando se fue.
—Pues ahora sí que tengo ganas… —resopló—. Ese cabronazo de Ramón me ha puesto a cien… Necesito un buen polvo, tío, no me puedes dejar a medias…
No me lo podía creer. La buena de María reconocía que el machirulo la había calentado de lo lindo y me suplicaba que la follara. Mi entrepierna comenzaba a despertar a toda leche.
—No sé, María… —balbuceé—. Pero si es lo que quieres, pues entonces…
—Espera… —dijo y se puso en pie.
Se sentó sobre mis piernas, como antes de la aventura, y empezó a rozar sus muslos y su entrepierna contra mi bragueta. Comprobé que no mentía, su coño emitía un calor sofocante. De hecho, quemaba.
Volvimos a morrearnos, sus brazos en mi cuello y mis manos en su culo perfecto. Le introduje una mano entre las piernas y dos dedos entraron en su vagina sin esfuerzo.
—Ufff… qué bien… así…
—Te gusta, ...
... ¿eh…?
—Sabes que sí, cabroncete…
—Pues toma otro dedo más…
—Auuuu…
La seguí follando con los dedos unos segundos, pero no parecía que eso fuera suficiente.
—¿Cómo… lo ves…? —me dijo separando su boca de la mía—. ¿Te animas a follarme? Necesito que me la metas…
Balbuceaba ansiosa susurrando en mi oreja.
—Sí, venga… en realidad ha sido un lapsus… ahora ya estoy a tope y puedo darte lo tuyo sin problemas.
—¡Serás asqueroso! —rió dándome un puñetazo de mentirijillas—. ¡No te jode que me dice que «me va a dar lo mío» el muy…!
Reí con ella y la abracé excitado.
—Lo que tú digas, querida, pero que hoy te la clavo lo saben los negros…
Y volvimos a reír a coro.
A continuación nos levantamos y ella miró a nuestro alrededor.
—¿Cómo me pongo? —preguntó inocente—. ¿Me vuelvo a sentar sobre la mesa?
—No —corregí—. La mesa es un poco alta y no te llego bien. Me apetece follarte a cuatro patas, ¿quieres?
—Ah, vale… —respondió—. Así también me gusta…
Cogí un condón y rasgué el sobre con los dientes mientras me desabrochaba el cinturón.
—Deja… —me dijo quitándome el condón de las manos—. Yo te lo pongo, no quiero sorpresas.
No me ofendí por su insistencia. Sabía que no era que desconfiara, sino que quería estar segura de que quedaba bien colocado.
—Joder, Jose… —dijo sonriendo por primera vez desde que había vuelto—. No es que lo parezca, es que tienes una buena polla… Aunque un poco blanquita para mi gusto… Y se te ha puesto dura como una ...