Disfrutando en pareja - Relatos Eróticos

Disfrutando en pareja

... castellano.

Eran los dos de talla mediana y regordetes y a los dos se les notaba el paso de los años. Bastian era todo un deportista.

Cuerpo de atleta de triatlón, alto, guapo de cara, rubio con ojos azules, depilado totalmente y lo que más destacaba era la inmensa poya que tenía.

Mi mujer la primera vez que lo vio se quedó alucinada del tamaño y grosor y eso que se veía relajada.

Colette Era una mujer que poco se parecía a su hermana.

Era alta, con un cuerpo modelado de gimnasio, un culo perfecto, unas tetas talla 100 que se mantenían perfectamente en su sitio y un coño muy bonito depilado totalmente que dejaba ver perfectamente sus labios.

Bastian prácticamente no hablaba nada de castellano mientras Colette se defendía muy bien pues de joven vivió una temporada en España e intentaba no olvidar el idioma hablando castellano con la gente.

A priori se veía una familia de lo más normal, acostumbrada al nudismo y respetuosa con la gente que les rodeaba.

En ningún momento pusimos el foco en ellos para tramar uno de nuestros juegos y desde el primer día los consideramos como los vecinos ideales para nuestras vacaciones.

Mi mujer hizo muy buena amistad con Colette y yo con Bastian.

Ellas por que hablaban en castellano y nosotros porque intentábamos mantener conversaciones imposibles y al final entre traducciones, terminábamos siempre en risas.

Se hizo habitual que se sentaran con nosotros a tomar algo o simplemente a charlar cada vez que ...

... estábamos en el camping o incluso coincidir en la playa. Gerard y Loana iban más a su historia y aunque había buena relación se mantenían más distantes.

La verdad es que no nos molestaba esta relación y disfrutábamos de su compañía.

Llevábamos ya tres días en el camping y aunque follábamos por las mañanas, por las noches y alguna paja en la playa, teníamos ganas de una aventura de ver y ser vistos así que aprovechando la ola de calor planeamos ir a la playa después de cenar y buscar a alguna pareja con la que disfrutar de las vistas.

Preparamos la mochila y nos dirigimos a la playa. Colette y Bastian habían bajado al chiringuito de la playa pues había una fiesta y sus padres se quedaron en el camping. Estaba llena de gente bebiendo y bailando por lo que decidimos caminar por la orilla buscando algo interesante.

Hacía calor y la luna empezaba el cuarto creciente por lo que apenas se podía distinguir algo como no estuvieras muy cerca.

Caminábamos desnudos cuando descubrimos una pareja tumbada que inequívocamente estaban follando. Colocamos la toalla en la arena dejando una distancia prudencial, solo se apreciaban las siluetas y poco más por lo que era perfecto para mantener la incógnita de quien éramos. Para que se dieran cuenta de nuestras intenciones, mi mujer se arrodillo y empezó con una mamada para ponérmela dura mientras yo permanecía de pie mirando el mar.

Ellos al percatarse de nuestra presencia se sentaron disimulando, mientras nos observaban.

Mi mujer ...