1. El nuevo jefe de mi esposo


    Fecha: 03/11/2024, Categorías: Infidelidad Autor: liliana111083, Fuente: CuentoRelatos

    ... universidad.
    
    Gonzalo empezó a coquetear más y fue un poco más directo. Me tomó de la mano, y esta quedó cubierta por su mano enorme y oscura. Era muy excitante ver el contraste de nuestra piel. Me miró a los ojos y me dijo suavemente, “Eres una mujer bella e increíble, Liliana. Me tienes fascinado.”
    
    Sentí que la cara se me puso roja y levanté mi mano y moví mi dedo mientras le respondía, “Gonzalo, sabes perfectamente que soy una mujer casada.”
    
    Él se disculpó y me dijo que lo sentía si había estado fuera de lugar, pero que había expresado lo que pensaba. Luego, sonriendo, añadió, “Además, muchas mujeres casadas también necesitan algo de variedad en sus vidas.”
    
    Le aseguré que no era esa clase de mujeres. Se disculpó de nuevo pero me recordó que lo llamara si cambiaba de opinión. Luego, con una sonrisa, me aseguró que usualmente conseguía lo que quería. Entonces, sin decir nada más, se inclinó y me dio un beso suave en los labios. No lo detuve ni protesté, y tampoco respondí a su comentario. Le agradecí por el almuerzo, y los dos nos fuimos por caminos separados. Sin embargo, no podía dejar de pensar en sus palabras. Como dije antes, siempre fantaseé acerca de estar con un hombre como Gonzalo, atractivo y con la piel de ébano, y mi interés había aumentado todavía más. Pero sabía que era una mujer casada, y que siempre quedaría como una fantasía.
    
    Cuando regresé a casa, me desvestí y me quedé completamente desnuda frente al espejo de cuerpo entero de mi ...
    ... dormitorio. Estaba tan excitada por esta nueva fantasía que mis manos empezaron a acariciar mis tetas mientras me miraba en el espejo. Fantaseé que eran las grandes manos morenas de Gonzalo las que cogían mis tetas y las apretaban. Cerré los ojos mientras imaginaba a Gonzalo detrás de mí, besándome el cuello mientras me magreaba las tetas y pellizcaba mis pezones.
    
    Luego sentí su mano deslizarse hacia abajo, por mi estómago y entre mis piernas. Las abrí al sentir su mano acariciando mi clítoris. Mis gemidos se hicieron más fuertes al tiempo que visualizaba sus fuertes brazos estrechándome contra su enorme armazón. Mis pensamientos eran acerca de Gonzalo tomándome, e introduje dos dedos en mi coño mojado. Los hice trabajar rápido y duro introduciéndolos y sacándolos de mi interior, llevándome a un orgasmo que me hizo temblar las piernas y caer de rodillas.
    
    Más tarde ese mismo día, recibí una llamada al celular de mi esposo. Me dijo que necesitaba salir de la ciudad mañana por trabajo. Algunos de los tipos que estaban trabajando en ese proyecto necesitaban ir y reunirse con el cliente para clarificar lo que necesitaba hacerse. Me preguntó si podía sacar su maleta de manera que pudiera empacar cuando llegara a casa.
    
    Esa era una buena oportunidad para mí. Prepararía una rica cena, me vestiría muy sexy, y tendría sexo con mi esposo esa noche. Quizás eso aliviaría la picazón que sentía entre mis piernas ya que estaba muy caliente desde la semana pasada y nada parecía ...
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