Para chulo mi pirulo - Relatos Eróticos

Para chulo mi pirulo

... lleno y torcido de lefa. Sudabamos. Jorge me levantó el pulgar otra vez. Yo estaba orgulloso de haber exhibido mi potencial.

Al llegar al coche ellos fumaban otro porro. Elena iba despeinada y algo desgreñada. Nos habíamos vestido, ellos fumaban y tomaban unas cervezas.

-Si llegas a no querer irte -dije a Marta.

-Si tío, ahora estoy enchufada.

Montamos unos canutos, hubo más morreos, la morriña de Elena iba en aumento.

-Jorge, ¿montamos una polivalencia alternada? -dije en un momento dado que fuimos a mear.

-Joder, eres un puto crack follando, te admiro, ¿pero que es eso?

-Las ponemos en paralelo y vamos pasando de una a otra. Van pedas perdidas.

Volvimos a montar unos porros y abrimos otras latas. Cambiamos las hembras. La gordita Marta tenía más manejo pollamentistico. Manejaba bien mi rabo; Jorge estaba entusiasmado con Elena, le comía la boca con autentica voracidad.

Las desnudamos y acto seguido también nosotros.

-La puta tipa está de muerte -dijo jorge cuando vio a Elena desnuda.

Las apoyamos en el capo del coche. Jorge estaba encipotado a mil. Nos encondonamos los dos. Jorge tuvo que ponerse de puntillas, incluso bajo el culo de Elena. Empezamos a duo a bombear: plof, plof, plof. Las nalgas de la prima recibian mi pollazos perfectamente. Mojaba la cabrona. Al cabo de unos bombeos intercambiamos culos. Ellas gemian y ronroneaban. Percibí el cambio vaginal al cambiar de coño, había engrase en los dos. Jorge apretaba los dientes y me ...

... miraba, quería el culo de Elena era evidente. Se lo dejé. Empezó a bombearlo con rabia salvaje, le metió un dedo en el culo. Era una escena brutal. Yo petaba a full a su prima. Jorge paró, se quitó el condón, con ronquidos entrecortados deslechó de forma abundante en las nalgas de Elena. Por su parte Elena había esquirtado. La escena me fue superior, me salí, me desencondoné, gire a la prima y después a Elena y les deselefé a ambas en toda la cara.

Todos recuperamos el aliento. Era hora de irse, estabamos en el coche. Ellas quedaron en el asiento trasero durmiendo como muñecas de trapo. Antes de partir meamos. Llegué a casa reventado y quedé dormido como un tronco. Empezaba el curro a las 8. Al despertarme no estaba el niño, solo mi mujer. En la cocina, en camiseta y desbragada.

-¿Donde está Zacarias?

-Lo dejé en casa de mi madre. Ayer ni te distes cuenta al venir.

-¿Y eso, por qué?

-He follado con Mustafa -contestó con rabia.

Mustafa era un compañero de trabajo de mi mujer que curraba en la cafetería como cocinero, ella era camarera. Mustafa era negro y tenía fama de revientacoños. Solo me faltaba eso, encima cornudo. Me duché y me fui dando un portazo.

Vinieron a desayunar la familia feliz, las dos chicas no aparecieron. Carmen evitaba mi mirada. Aparecieron las dos chicas resacosas con cara de complicidad conmigo. Tras el desayuno dejaban el hotel. Corrí y alcancé a Carmen madre de Elena al lado de la entrada junto con su hija y su hermana y la prima, ambas ...