1. Go tigers!


    Fecha: 06/11/2024, Categorías: Incesto Autor: ElFantasmaRojo, Fuente: TodoRelatos

    ... <> se decía tratando de no ver sus muslos y sobre todo de evitar una erección. Bajó lentamente el short con los ojos cerrados pues sintió la mirada de su hija completamente ruborizada. Victoria le puso otro en la mano y se lo colocó despacio también, separando un poco las piernas.
    
    Nervioso, su padre tomó el ungüento y sujetando firmemente su muslo empezó a masajearlo de arriba abajo; la suavidad y tibieza de su piel eran intoxicantes para él y se moría por besarlos. Eran tan gruesos que cubrían buena parte de su apretada entrepierna. Victoria se subió el short y abrió un poco más las piernas, de manera que pudo ver su vulva perfectamente de cerca. Era abultada y con la división de los labios muy marcada, formando un pequeño canal que se perdía más abajo. Se concentró en el masaje sin quitar la vista de su monte de venus, que juraba que palpitaba cada vez que presionaba su piel con los dedos. Subía y bajaba las manos presionando justo en la zona afectada cada vez que Victoria suspiraba de dolor.
    
    Así estuvo un buen rato hasta que sintió que el ungüento se había aplicado completamente. No quería dejar de tocarla, pero ya no había razón para seguir haciéndolo. Bajó las manos hasta sus rodillas y cuando se incorporó, para su sorpresa, Victoria le pidió que continuara con la misma expresión con la que le pedía que no dejara de mecerla, cuando de niña, la subía a los columpios. Se aplicó más ungüento rápidamente y volvió a sujetar su extremidad, esta vez con más ...
    ... delicadeza.
    
    Poco a poco fue moviendo las manos en círculos hasta tocar una parte de sus nalgas y su entrepierna, lo que provocaba un corto suspiro en su hija. El masaje ahora era más suave y lento y procuraba extenderse más allá de los muslos. Jorge estaba excitado y quería llevar aquello más allá, pero tenía miedo; sabía que estaba mal y debía detenerse, pero no podía. Subió la mano a sus caderas y presionó ligeramente. —¿Te duele?— Le preguntó tratando de enmascarar sus intenciones. —Un poco—, contestó Victoria con los ojos cerrados. Subió más la mano hasta su cintura y regreso de nuevo, colocándose justo entre su pierna y su vagina. Empezó a presionar fuerte rozando su vulva con los nudillos. El movimiento era más prolongado de tal manera que ya tocaba casi abiertamente sus labios vaginales. Victoria dobló la otra pierna exponiendo completamente la forma de su vagina. Su padre veía deseoso aquel tesoro cuidando siempre que no se diera cuenta de su mirada. Pronto la calidez en su entrepierna le hizo saber no solo que lo estaba disfrutando, sino que no oponía resistencia a lo que hacía.
    
    Subió más la mano hasta tocar completamente su glúteo, lo que provocó un ligero espasmo en Victoria, pero no dijo nada; ahora acariciaba ampliamente sus nalgas y parte de su entrepierna.
    
    Hasta que la voz del otro lado de la puerta los hizo salir de aquel trance en el que estaban. <<¿Jorge? ¿Amor?>> clamó su madre al entrar en la habitación. Victoria dio un respingo bajándose el short rápidamente y ...
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