La lección de Piano
Fecha: 23/03/2018,
Categorías:
Lesbianas
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... instintivamente separé las piernas y le paré un poco el culo para que lo viera. Elisabeth se acostó en la cama boca arriba, y metió nuevamente su cabeza entre mis piernas. Me tomó de la cintura y me dijo que bajara mi sexo hasta su boca. Nuevamente me tomó el clítoris entre los labios y empezó a jugar con su lengua. Esta vez me tenía agarrada de las nalgas y tiraba hacia los costados abriéndomelas, lo que me producía un fuerte dolor, pero gustoso. Súbitamente comencé a sentir como con su dedo mayor de la mano derecha acariciaba en círculos mi ano como si quisiera meterme el dedo pero sin hacerlo, hasta allí había llegado mi jugo, y esa zona era una rara mezcla de sudor y jugo que todo lo lubricaba. Dispuesta a todo, abrí mis cantos con mis propias manos y alcé un poco el pubis. Ella lo noto y aprovechando el espacio creado ahora recorría con su lengua el sendero que va desde el clítoris pasando por la entrada de mi vagina, para llegar finalmente hasta el orificio de entrada de mi culo. Me tenía aprisionada, cada lengüetazo suyo me dejaba dando saltitos de placer lo cual promovía que Elisabeth me sujetara con más fuerza como para no dejar de lamer mi sexo, ya en forma ensañada. Me pidió que me cambiara de lugar, y a su vez me pidió que empezara a hacerle las mismas cosas que ella me hacía a mí. Me incorporé, me di vuelta, apoyé mi sexo nuevamente en la cara de Elisabeth, y lentamente baje mi cabeza hasta su sexo para hacer mi primer 69. Con su mano izquierda pude ver como se ...
... separaba la carne para que su clítoris quedara al descubierto. Con su mano derecha empezó a acariciarse y me dijo que así debía hacerle yo con mi lengua. Pude ver que su jugo era blanco y espeso. La turra estaba tanto o más mojada que yo.Torpemente puse mi cabeza tratando de tomarle el clítoris con mi boca, y recuerdo que hundí mi nariz en su sexo lo que me aterró porque con sus jugos se me tapó la nariz y no podía respirar. Sé que Elisabeth tuvo un orgasmo, y lógicamente yo tuve otro, el cuarto de la tarde para ser más exacta. Sorprendentemente sonó el teléfono. Ambas saltamos espantadas. Eran las 5:10 de la tarde, y era mi madre que llamaba para ver por qué no llegaba a casa. Elisabeth le dijo que hoy me quedaría una hora más a practicar, porque había estado fallando. Yo aproveché a ir al baño a hacer pis y Elisabeth vino conmigo y ambas nos higienizamos. Me pidió encarecidamente que no le contara a nadie nada de todo eso. Me explicó que ya tenía 17 años y por ende que era yo toda una mujer. Me dijo que entre mujeres siempre había secretos que no se les contaban a nadie. Ni siquiera a nuestras propias madres. Luego me comentó que estaba fascinada con mi cuerpo. Estábamos aún en el baño, bajo la ducha, cuando ella entró detrás y empezó a masajearme las nalgas. Yo paraba la cola tratando de que mis cantos se abrieran al máximo posible. A lo cual ella dijo- Como sigas parando así esa colita.... te la voy a tener que hacer"- Yo quedé muda, pero alucinada. Salimos de la ducha y ...