Cuando todo se rompe - Relatos Eróticos

Cuando todo se rompe

... dentro a ese perro como ninguna otra mujer en el mundo lo había disfrutado. Rocco empezó a lanzar estocadas húmedas por toda el área de las nalgas sin hacer blanco, hasta que Julia intervino para ayudarlos.

-Espera. Déjame guiarlo. Recuerda que Rocco aún es muy inexperto- dijo la negra y agarró la verga del perro para dirigirla a su destino. Después de eso solo fueron 3 movimientos más. La afilada punta roja encontró la delicada entrada de Cecilia, y avanzó arrancando sin piedad la virginidad de la chica, que abrió la boca con un grito ahogado, y se sintió perra por primera vez.

-Ayyy.... que duro, Rocco. Ay qué grande.... Ahhhh... Ay, mi perro....

Rocco tomó impulso y arremetió con más fuerza contra la delgada joven ignorando totalmente sus quejidos. Sus patas fijaron a su hembra como es debido, y ahora su instinto solo le ordenaba clavarla y clavarla y clavarla en un sexo salvaje y animal durante algunos minutos.

-Felicidades, Cecilia. Ahora eres oficialmente suya- dijo la negra y le acarició el rostro a la chica, que se veía totalmente diminuta debajo de aquel gran danés inmenso.

-Me duele.... ahhhh... pero me gusta.... Ahhh... cómo me gusta.... Sí, Rocco. Dame más... Ahhhh... Dame duro para que mi hermano vea que soy tu perra. Ahhh...

Gabriel desde su butaca no pudo resistir durante más tiempo, y se sacó la verga para pajearse ante aquel cuadro que presenciaban sus excitados ojos. La chica aguantaba como podía los fuertes embates del perro, y mi jefe me ...

... cogía a mí bien profundo a la misma vez, con la misma fuerza, y el mismo deseo. Era una orgía magnífica, un carnaval de sexo animal, una fiesta de semen y saliva, de roces, de caricias, de dolor y gemidos que se entrelazaban entre nuestros cuerpos e invadían el lugar.

-Eso es lo que eres a partir de ahora, niña- le dije a Cecilia mirando como poco a poco se iba dibujando la sonrisa de placer en su cara- Eres la perra de él, ahhh... la que siempre quiere su verga y su leche, ahhh... la que no puede esperar para ponerse en cuatro para él. ¿Entiendes? Ahhh...

-Sí. voy a ser su perra para siempre. Ahhh... lo quiero adentro todos los días. Quiero que me coja todos los días así rico. Aahhh....

Rocco se aferraba a ella firmemente como un buen semental, y golpeaba las nalgas de Cecilia con ritmo acelerado y melodioso. Su cabeza sobre la de ella jadeaba casi en su oreja como para dejarle saber la satisfacción que sentía por poseerla. Cecilia alzó su brazo derecho para acariciar su hocico.

-Así, mi perro. Ahhh... dame duro. Ahhh... Ahora sí soy tuya... tuya y de mi hermano. Ahhh... Ustedes son los reyes de mi vagina y de mi culito. Voy a sacarles la leche todos los días. Se los juro. Ahhh... Ay.... La siento más grande... Ahhhh.... Ayyy...

-Se le está hinchando la verga- Aclaró Julia que no se había apartado de ella ni un segundo para controlar la situación- Es normal. Ahora el nudo se te va a quedar atascado adentro.

-¡Ay sí! ¡Ahhhh! -gritó la joven prácticamente con ...