Cuando todo se rompe - Relatos Eróticos

Cuando todo se rompe

... los ojos en blanco- Lo siento enorme entrando y saliendo. Ahhh. ¡Ay mi vagina! Ay Rocco me voy a venir con esa verga rica- Ahhhh ahhhh... Ay... !Ahhhhhhh!

Cecilia empezó a temblar con espasmos continuos, los últimos segundos que duraron las estocadas del gran Rocco. El perro había dado lo mejor de sí con todo el entusiasmo del mundo, y al fin la tenía abotonada por primera vez.

-Ayyy... ayyy... ahhhh. Lo siento como que se está...

-Te está llenando toda, perrita- le dije mirándola con beneplácito- Ahhh... Disfruta como late esa verga dentro de ti. Disfruta como te chorrea la vagina. Ahhh...

-¡Ay dios mío. Ceci! -Gritó Gabriel casi arrancándose la verga de la emoción- Me vas a matar. Me vas a dejar sin leche hoy. Ahhh...

El perro comenzó a inquietarse por la posición y dio algunos tirones de la chica para voltearse.

-Ay... espera, Rocco, que me duele. Espera... Ayy...

La negra enseguida intervino para detener al perro y ayudarlo a pasar su pata. para voltearse, sin saber que aquella imagen tan excitante sería como un gatillo para todos nosotros. Mi jefe soltó mi pelo y se agarró a mis caderas para clavarme más duro aún, y Gabriel aceleró el ritmo de su mano a la vez que sus piernas se tensaron en la butaca. Era increíble ver a la más pequeña de las perras del lugar, enganchada con el macho más grande. Se veía tan frágil conectada a Rocco a través de su verga, vulnerable, dominada, pero verdaderamente complacida.

--¡Ay, puta. Voy a dártela toda! Ahh- ...

... gritó mi jefe tras de mí- No puedo más. Ahhh...

-Ni yo, cabrón. Ahhh . Ni yo. Esa verga negra tuya me vuelve loca. Ahhh. Ahhhh....

-Aaaahhhhhhh...

Mi jefe sacó su verga de mi vagina en el medio de mi orgasmo y sentí caer sus chorros tibios sobre mi espalda..Siempre expulsaba con mucha potencia ese negro hijo de puta, y esta vez realmente se había lucido con su abundante líquido. Me había cubierto toda y me había dejado toda pegajosa. Yo me quedé inmóvil recuperando el aliento durante algunos segundos, cuando Julia se acercó a mí y comenzó a lamer lo que su marido había regado sobre mí..

-Oye, puta- le dije sin cambiar de posición- esa leche es mía, que la saqué yo.

-No te preocupes, Rubia- me respondió la negra- Solo la estoy recuperando para ti.

Como en efecto, 1 minuto después Julia se acercó a mi cara con la boca llena. agarró con su mano mi barbilla para que yo abriera mi boca, y después dejó caer toda la leche en un fino y delicioso hilo que me fue inundando poco a poco. Cuando terminó me besó en los labios y se separó para contemplar cómo me la tragaba.

-Mmmm... deliciosa. Gracias

-Como te gusta la leche de mi marido, puta.

-La leche, la verga, la lengua y todo.

-Eres una descarada, rubia jajaja. Pero precisamente por eso me gustas.

Julia se volteó a ver a Gabriel y se acerco gateando hasta su butaca.

-Ahora tú, papi. Ven. Dámela en la boquita para llevársela a tu niña que no puede venir a buscarla. Ven.

-Ay, negra sí- exhaló Gabriel ...