Capturada por la guerrilla (2/2) - Relatos Eróticos

Capturada por la guerrilla (2/2)

... chillidos de la mujer adquirieron una nota adicional de dolor y desesperación cuando sintió el dedo de la joven toirturadora girando y sondeando profundamente en su recto.

- “¡Aaah... Aaah... Aaah... Aaah... Aaah!..¡AAAH!...¡AAAAH!”

La joven torturadora se giró y se lamió los labios, mirando a Emma.

Sus manos se movían continuamente llevando a la mujer de manera muy experta y cruel a su séptimo orgasmo... Esta vez los espasmos fueron más salvajes y prolongados a medida que el dolor y el cansancio superaron el éxtasis repentino de otro orgasmo forzado... Se había corrido por séptima vez.

Una vez más la joven torturadora se arrodilló, sacando con indiferencia, su dedo mojado y brillante del ano de la mujer, mientras asentía con la cabeza hacia el hombre de la caña de bambú.

- "Un momento... Ya basta... Deshazte de ella y de estos holgazanes”, dijo el coronel Teboho levantando la mano mientras caminaba para alzar la cabeza de la mujer agarrando un puñado de cabello mojado y enredado.

Movió los dedos hacia el grupo de soldados rebeldes que habían estado observando el castigo de la mujer y les dijo:

- “Es hora de que nuestra invitado conozca nuestro pequeño juguete”

Emma se estremeció cuando la arrastraron hacia el tronco... Sin previo aviso, un puño golpeó su espalda.

- “¡Oooh, no, no!... ¡Yo, no!”, gritó.

Emma luchó inútilmente mientras los guardias la forzaban contra la zona cálida y húmeda del tronco que la mujer había ocupado momentos ...

... antes.

Manos fuertes agarraron sus tobillos y la joven estadounidense jadeó ante la agonía del estiramiento en sus tendones mientras los hombres le abrían las piernas para tocar las grapas de hierro... Finas tiras de cuero crudo se clavaron en su piel mientras la sujetaban firmemente.

Al atarle las piernas la habían soltado y Emma se apoyó, aun con las muñecas atadas, en la curva del tronco, tratando de no mirar el rostro sonriente de la joven torturadora mientras se preparaba para torturarla.

Emma todavía estaba tratando de mantener el control de su creciente terror cuando la voz del coronel provocó una nueva agonía.

- “Ponerle las manos detrás... Quizás quiera hacerle ‘cosquillas’ en las tetas si se muestra obstinada.”

Emma se sacudió cuando la correa que le colocaron en la cintura sujetó fuertemente su vientre contra el tronco... Escuchó la voz del coronel, fría y precisa, decirle:

- “Espero que estés en forma... Mis hombres te ataron los brazos detrás de ti a la altura del codo... Quedas libre para moverte si lo deseas, pero tendrás la frustración de no poder evitar que juguemos con toda esta deliciosa carne.”

Emma había quedado apoyada sobre el tronco, con el torso colgando en el aire y sus pechos llenos apenas rozando la corteza áspera.

El coronel Teboho pellizcó deliberadamente el pezón de la joven rubia, presionando para que la carne se blanqueara bajo la presión.

- “¡Oooh!... ¡Aaah!... ¡Por favor, no, no!... ¡Aaaahhh!”, gritó.

El coronel observó la ...