Mi madre y yo, de vacaciones en la nieve
Fecha: 13/11/2024,
Categorías:
Incesto
Autor: Juan, Fuente: TodoRelatos
... cariñosa Catalina.
—No te había reconocido, pareces la hermana de Manolo.
—¡Qué simpático! ¿Y tu madre?
—Ha entrado en el baño, ya sabes, los últimos retoques.
Mi madre apareció como una estrella, siempre le gustaba destacar.
—Encantada Catalina, en mi casa queremos mucho a Manolo —la saludó mi madre.
La comida no pudo ser más deliciosa, ellas que eran dos señoras de altura no trataron de competir en ningún momento. Hicimos diferentes conversaciones. Primero ellas hablaron de situaciones comunes dado que ambas eran profesoras, mientras nosotros comentábamos la salida de anoche. Inmediatamente cruzamos conversaciones. Catalina quiso saber de mi estancia en Londres.
—¿Qué tal te va allí?
—Frío en el tiempo y en la gente. A las 8 todo cerrado.
—¿Y de chicas?
—Bueno, ya sabes, tenemos que dejar el nombre de España alto —vacile ante la mirada sonriente de mi madre.
—¡Qué gamberro!
Dimos cuenta de dos botellas de vino blanco, que nos generó a todos un puntito divertido.
—Me alegro mucho de que hayáis organizado esta comida —confesó mi madre.
—Imagínate nosotros, la segunda Navidad solos —respondió Catalina—. La cena con mi suegra fue triste.
Para los postres ya se había generado un ambiente de compadreo.
—¿Pedimos una botella de champán? ¡Es Navidad! —sugerí.
—Pedidla, voy al baño —se excusó mi madre.
—Te acompaño —se apuntó Catalina a acompañar a mi madre.
Cuando nos quedamos solos, hicimos como las chicas cuando iban al ...
... baño juntas. Comentamos la comida.
—Si no fuera tu madre, la invitaría a salir —le dije a Manolo.
—¡Podríamos repetir los 4 pero de parejas! Tu madre es muy atractiva. Tu padre es un capullo por haberla perdido.
—Tienes razón. Hasta ahora no ha salido con nadie pero en cualquier momento alguien la sacará de su estado de rabia contra los hombres.
Al regresar, venían muertas de risa, como dos amigas de toda la vida. Concitaban muchas miradas de los presentes. Con el champán en la mesa, brindamos por el encuentro.
—Por vosotras —me adelanté—. Que sepáis elegir próxima pareja.
—Yo no me veo todavía con otro hombre —se justificó la madre de Manolo—. Pero es cierto que ya considero que he pasado el luto.
—¡Pues yo estoy deseando conocer a alguien que merezca la pena! —exclamó mi madre sin dudar—. Tenemos que salir las dos a ligar.
—¿Qué se preparen los hombres! Menudas dos mujeres —exclamé.
—Porque repitamos esta comida antes de la próxima Navidad —brindó Manolo.
Mi madre me dejó las llaves del coche, porque no se encontraba en condiciones. Llegamos a casa un poco mareados, sin dejar de reírnos.
—Hacía tiempo que no lo pasaba tan bien —confesó.
—Ha sido estupendo.
—Catalina es un encanto. Y Manolo siempre me ha resultado divertido.
—Yo no la conocía a ella tan conversadora, se la notaba a gusto.
—Es que sois más divertidos que los tíos de nuestra edad y más sanos.
Hablé con Manolo para saber que les había parecido la comida, y les había ...