Mi madre y yo, de vacaciones en la nieve
Fecha: 13/11/2024,
Categorías:
Incesto
Autor: Juan, Fuente: TodoRelatos
... ocurrido exactamente igual. Su madre estaba sorprendida de lo bien que había conectado con la mía, tan diferente a las amigas que ella podía tener en Ciudad Real. Como dos colegiales nos mandamos varios mensajes esa tarde picándole con que su madre estaba buenísima y devolviéndome él las ironías sobre la elegancia de mi madre. Quedamos en repetir la salida cuando regresara de nuevo de Londres a Madrid.
Al verme preparado para salir esa noche con mis amigos, mi madre me despidió muy cariñosa.
—Diviértete, disfruta de tu edad.
—¿Qué vas a hacer tú, mamá?
—Veré algo en Tv o leeré. Hasta que mi hijo me saque otra vez...
¿Por qué no invitarla a salir? Era Navidad, podía hacer feliz a mi madre.
—¿Por qué no te vienes? Tomamos una copa y si te apetece puedes bailar. No es una disco pero mucha gente baila.
—¿Qué pensarán tus amigos de verte aparecer con tu mamá?
—Nadie tiene que saber que somos madre e hijo.
—¿Seré una amiga, sin más?
—Mamá, hemos ligado con señoras de tu edad alguna noche, no es nada extraño hoy día.
—Dame diez minutos.
Cuando la vi salir, de sport, con diez años menos a la vista, pero con su elegancia habitual, para ser mi teórica pareja, no pude contenerme.
—Estás preciosa Marisol —la piropee examinando de arriba a abajo su cuerpo espectacular.
—No quiero parecer una señorona —dijo temblorosa.
—Pareces una mujer preciosa, solo eso —le dije.
—Me halagas —respondió sorprendida—. Quién me iba a decir que iba a salir ...
... con mi hijo de copas.
—Vamos a pasarlo bien ¿ok?
Mis amigos no habían llegado y nos apalancamos en la barra del Richard´s. Era un tipo de salida nueva a la que no estaba acostumbrada.
—Estás guapísima —exclamé—. Soy la envidia de todos.
—¿No te avergüenza de que te vean con una señora de mi edad? —confesé sonriente.
Sentí las miradas de algunos presentes sobre nosotros. Nadie sabía qué relación nos unía ni que rollo llevábamos, solo veían a un jovencito con una señora espectacular.
—¿Vergüenza? ¡Orgullo! La pena es que no seas mi pareja de verdad.
—¡Qué loco! A Manolo esta tarde también se le veía halagador. ¿Esto forma parte de una apuesta?
—¡Nooo! Todo es natural. ¿Estás incómoda?
—¡No, estoy genial! Vivo en un mundo demasiado estable —La sensualidad de mi madre era capaz de abstraerme de quién éramos, y la hacía parecer mucho más interesante.
La música era animadísima y comenzó lentamente a mover el cuerpo.
—Te vas animando —le dije al oído para que me oyera con tanto ruido.
Nos unimos a mis amigos en la pista, rodeados de chicos jóvenes. Le guiñé un ojo a mi madre de que todo iba bien. Tras presentarla a unos amigos a los que no veía desde el pasado verano, tuve que responder a algunas bromas acerca de lo que había progresado en materia de mujeres desde que estudiaba en Londres. Mi madre reía feliz. Era una situación novedosa para todos pero que resultaba deliciosa. Después de tantos años, la imagen divertida y sensual de mi madre me ...