Asiática, madura, casada y... que me mintió - Relatos Eróticos

Asiática, madura, casada y... que me mintió

... sabía que no le causaba mucho dolor, era algo suave, porque la piel del cinturón era suave. La postura no era cómoda para mí y por eso hice que se levantara, hice que se pusiera sobre una mesa que ni era baja ni alta, tenía el tamaño ideal, además de verse que era una mesa delicada en apariencia, se notaba que era robusta y no me equivoque. Ahora sí pude observar su cuerpo desnudo completamente. Ahora quedaba mirando a su marido y dejé el cinturón, quería sentir el tacto de su piel y por eso quise azotarla con mis manos, que abarcaban al completo sus nalgas. Después de una larga sesión de azotes, hasta dejar sus nalgas de color cereza, porque parecía una cereza gigante y muy sabrosa. Quise darle un respiro.

Me puse de espaldas a su marido y ella me desvistió porque se lo ordené. Sus pezones eran pequeños, oscuros casi negros y me desvestía con devoción, nunca nadie me había desvestido de esa forma. Me gustaba ver sus pechos, pequeños pero erguidos, con pezones desafiantes. Lleve una mano a su coñito, gimió profundamente pero no dejo de desvestirme y mis dos dedos salieroncompletamente empapados. No se agacho para quitarme los pantalones, su posición fue muy curiosa pero significativa. Porque se puso otra vez en la misma posición, como si fuera la posición de loto, era una posición de entrega. Me baja los pantalones y antes de quitarme el bóxer veo brillar sus ojos, manteniendo la sorpresa y sé que es porque mi polla sobresale de manera contundente. Pone sus manos en mis ...

... costados y baja con mucha suavidad mi bóxer, me los quita completamente y se queda esperando, con la cabeza un poco bajada.

Solo tengo que levantarle la cabeza llevando mis dedos a su barbilla. Una vez que la miro, cumple con lo que estoy pensando. Se pone a lamer mi polla, empezando por mis testículos, los lame, se los mete en la boca y así durante un rato, hasta que empieza a comerme la polla. Lo hace con delicadeza, pero con intensidad, al principio parece que solo se la va a poder meter un poco, es cuando llamo a su marido para que vea lo que hace su mujer y cuando la ve, cuando ve mi polla, da un contenido gruñido y no logro intuir si de sorpresa, disgusto o aceptación. Él de nuevo habla en su idioma, ella pasa o eso me parece de lo que está diciendo, hasta que se va metiendo dentro de su boca, de manera más profunda mi polla. Hasta ese momento es la mujer que más se ha metido mi polla en la boca, no da ni una arcada, pero de pronto se la saca y sale saliva para dar y regalar.

Se recupera mira a su marido y le escupe en la cara. También es la primera vez que vivo eso y me quedo expectante por saber que va a suceder.Hiroaki mira soliviantado y luego se pasa la lengua por donde le ha caído el salivazo. Hace que se ponga a mi lado, agarra mi polla y la de su marido, luego se ríe con descaro de su marido diciéndole entre otras cosas “Esto es la diferencia entre la tristeza y la alegría, por eso vas a ser un buen esposo” él lo admite sin hablar con un gesto. En todo esto ...