Podría ser mi hija (pero por suerte no lo es)
Fecha: 22/11/2024,
Categorías:
Erotismo y Amor
Autor: Montes Federico, Fuente: CuentoRelatos
... encantadora, me siento bien ayudando a una piba que se rompe el lomo para salir adelante. No te sientas en deuda. Disfruto los momentos que venís.”
- “Pese a lo que decís, gracias”. Dijo y me volvió a abrazar y a quedarse como disfrutando de esa ternura que parecía faltarle.
De a poco, la relación se fue haciendo más sólida y más abierta en cuanto a los temas que charlábamos, pero nunca me metí en su vida y su intimidad. Después de terminar con lo que yo podía enseñarle de Lógica (que le sirvió para aprobar la materia), me dijo que le vendría bien que la ayudara en Filosofía y Literatura, pero que se negaba a que lo haga gratis. Le insistí que no necesitaba y me dijo:
- ”Ya lo sé. Pero yo me siento mal. Mirá, te propongo algo para resolverlo, porque me daría pena no poder contar con vos, pero gratis no puedo aceptarlo. Vos vivís solo, ¿no? Bueno, yo vengo dos veces a la semana y me quedo dos horas después de tus clases y limpio el departamento, te plancho la ropa y esas cosas. Decime que sí, porque no voy a seguir viniendo gratis y me dolería no hacerlo”
- “Bueno, pero conste que no tenes obligación alguna, ¿está bien?”
- “Si profe”, respondió con una sonrisa.
Y siguió viniendo para charlar de Literatura, de Filosofía y terminó siendo una compañía habitual todas las semanas. Un día vino de muy mal humor porque le habían robado la notebook y no tenía plata para comprarla y la necesitaba para su trabajo y para el estudio. Estaba muy angustiada y triste. Le ...
... ofrecí que busque en la web un lugar para comprarla en cuotas.
- “No puedo, trabajo en negro, no tengo cuenta, no tengo tarjeta”
- “Comprala con mi tarjeta y me pagás las cuotas a mí”, le dije.
Me miró seria, como no entendiendo lo que le decía. Se quedó muda un rato y una lágrima le empezó a rodar por la mejilla.
-”¿Qué te pasa?, pregunté.
- “Casi no me conocés y me ofrecés eso, ¿por qué?”
- “Porque me caíste bien, sos una buena piba, te rompes el alma para salir adelante. Además puedo hacerlo y me da gusto poder ayudarte”
- “Te creo, pero … nadie me trató así. Gracias”, me dijo y me abrazó.
Ese suceso fue como si se hubiera roto el dique de contención de sus angustias. Me contó la poca atención de sus padres, totalmente volcados a su hermano mayor, la dificultad que siempre tuvo para establecer relaciones y los fracasos y traiciones que soportó. Los sacrificios que tenía que hacer para vivir por su cuenta, sin tener donde apoyarse, sin encontrar nunca en su vida un respaldo. Fue una larga charla sobre su falta de cariño, su soledad y cuanto significaba para ella mi actitud de ayudarla.
- “Te mereces que te ayuden y lo hago con todo gusto”.
- “Gracias. No sabés lo bien que se siente saber que tenes alguien en quien confiar y con quién contar. Es muchísimo para mí”
- “Nunca te pregunté, pero ¿no tenés novio?
- “No”
- “Pero ¿por qué?, sos hermosa y muy buena piba”
- “No sé, nunca encontré alguien con quien me sintiera bien.”
Estábamos ...