El Príncipe y la Periodista 15 - Las Tribus 1 - Relatos Eróticos

El Príncipe y la Periodista 15 - Las Tribus 1

... “Ha olvidado que es una esclava, se piensa que es la esposa de Caleb, cuando regresemos al palacio después de haber sido follada por todos los líderes de las tribus y por más gente que la conocía de antes, no tendrá dudas de cuál es su lugar.”

“¿Todos los líderes de las tribus?” me pregunta Rose. “¿Su padre también?”

“Seguramente, ahora es una esclava más, pero el padre de Nahid está muy enfermo, su hijo Karim viene en su representación, y ya tiene una esclava para intercambiar con Caleb;” añado.

Noto como Rose agacha la mirada y su rostro se enrojece, estoy seguro de que sabe lo me refiero, Caleb me ha contado que Karim le dijo cuando la entregó el brazalete que no podía esperar a tener una esclava para intercambiarla con Caleb y poder follársela.

Me desnudo y me tumbo sobre una plataforma hecha de arena y cubierta por pieles de camello y almohadas. Caleb puede haberse traído una cama, pero yo prefiere vivir y comportarme como vienen haciendo las tribus desde hace milenios.

“Le mentí a mi hermano cuando le dije que tenía mis propias esclavas;” le señalo a Rose. “Pero no mentí cuando dije que quería disfrutar contigo;” añado haciéndome un gesto para que me coloque entre sus piernas.

“Hazlo mejor que esta mañana o usaré el látigo para castigarte;” le digo a Rose sosteniendo un látigo como el que Caleb ha usado con Nahid y que mantenía escondido entre las almohadas.

Rose se coloca entre mis piernas, llevando su boca a mi coño, comenzando a jugar con su ...

... lengua, sin saber que por muy bien que lo haga voy a acabar usando el látigo con ella. Conozco bien a los hombres de las tribus y sé que no hay nada que es excite más que una esclava occidental con su cuerpo marcado con el látigo.

Mientras empiezo a excitarme por las caricias de Rose, no puedo evitar pensar en lo mucho que odio todo esto de las esclavas y las antiguas leyes, me alejé del Emirato cuando mi padre quiso obligarme a casarme, sabiendo que me convertiría en poco más que una esclava del hombre que había elegido para mí, y solo regresé obligada a su muerte por la responsabilidad hacia las tribus.

Durante estos años he intentado mantener relaciones normales con otras chicas, pero siempre he acabado estropeándolo todo en cuanto mi lado dominante ha salido a la luz. Al igual que Caleb o que Anna me gusta dominar a mis parejas, me gusta que se entreguen a mí, por eso no me gustan las esclavas del harem, aceptan eso como parte de su esclavitud, como algo natural.

Por suerte la voluptuosa Gabbie es un libro en blanco, he disfrutado jugando con ella la mayoría de estas noches, enseñándola a complacer a una mujer, moldeándola a mis gustos, a pesar de saber que siempre preferirá una polla. Algo similar sucede con Cleo, anoche la llevé por primera vez a mis habitaciones y fue increíble la forma en que su cuerpo respondía a mis caricias, la manera de correrse en mis dedos, solo lamento no haber podido follármela al seguir siendo virgen.

Y luego está Rose, un completo ...