1. Un mal día (1 de 6)


    Fecha: 01/12/2024, Categorías: Confesiones Autor: SexNonVerba, Fuente: CuentoRelatos

    Nota al lector
    
    : Esta historia ha sido escrita de principio a fin y será publicada periódicamente. Espero que las disfrutes.
    
    I
    
    Me acosté con la certeza de que aquella noche se cerraba una etapa. Es cierto, todavía faltaba dar el último paso. No obstante, sentí un alivio muy profundo por todo el camino recorrido. Después de tantos años de sacrificios y esfuerzo, ¿qué podía salir mal?
    
    Hundí mi nuca en la almohada de plumas, me cubrí apenas con la sábana y el techo oscuro de mi cuarto, apenas iluminado por el reflejo urbano de la ventana, me transportó 6 años atrás en el tiempo. Aquella primera noche en Buenos Aires fue igual pero diferente. Aquella Verónica Lann era la misma, pero distinta. En aquella oportunidad también se proyectaba sobre el cielo raso el reflejo de la ciudad, pero la cama de la residencia no tenía ni punto de comparación que este fabuloso King Size. También era un diciembre caluroso. La habitación compartida tenía una única ventana que permanecía abierta de par en par. El ruido constante de los motores y caños de escape era el alto precio que debíamos pagar por alguna brisa esporádica cargada de humedad. Hoy podía disfrutar del silencio y de los veinticuatro generosos grados del aire acondicionado.
    
    Aquella primera noche me había costado conciliar el sueño. Mi mente solitaria estaba abrumada de anhelos e inseguridades. Con apenas 19 años había logrado mi primer objetivo: llegar a Buenos Aires, a la gran ciudad. Pero me tocaba empezar de ...
    ... cero. Miles de preguntas se agolpaban en mi cabeza, pero había una que gobernaba a todas; una que volvía una y otra vez era la misma: ¿Podré?
    
    Nací y me crie en Mendoza. Mi padre era experto en vinos y trabajaba en una bodega importante. Cuando murió yo era muy pequeña. Él le dejó a mamá el dinero suficiente para que me educara en el mejor colegio de Mendoza y ella cumplió su deseo. Vivíamos de la pensión de papá y todos los ahorros se destinaban para pagar la escuela privada, bilingüe, en la que hice mi secundaria. Mamá nunca trabajó y siempre vivimos con lo justo que nos permitía su pensión. Ella siempre decía que el deseo de mi padre era que, después del colegio, entrara a trabajar a la bodega. Pero yo tenía otros planes. Por eso, durante el último año de la secundaria me inscribí en secreto para participar en el certamen para la elección de la reina de la vendimia y lo gané. No me interesaba el concurso, pero sí el premio en efectivo. No era mucho, pero era mi pasaje de ida. El boleto a mi futuro. Desde entonces, la misma pregunta volvía una y otra vez: ¿Podré?
    
    Hoy, seis años después, tengo la certeza y la tranquilidad de saber que sí. Soy una flamante Licenciada en Marketing desde hace unos meses, recibida con honores, y ahora estoy aplicando para comenzar a trabajar en GlobaliaTech como asesora de ventas y mercadotecnia. El comienzo no fue sencillo, el dinero del premio se terminó en seis meses. Pero, poco a poco, las cosas se fueron acomodando. En los momentos más ...
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